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Derechos animales

En Noruega, definitivamente, los animales de granja están abandonados a su suerte

A la saga de incompetencia administrativa, indiferencia gubernamental, ofuscación industrial y maltrato animal crónico, uno de los países más ricos del mundo suma ahora dos elementos: “falta de presupuesto” y benevolencia judicial. 

En junio pasado, la Corporación de Radio y Televisión de Noruega, NRK, publicó un documental titulado “Las promesas rotas de la industria porcina“, basado en material audiovisual obtenido por activistas de la organización Nettverk for dyrs frihet (Red para la libertad animal), quienes documentaron reiterados delitos contra el bienestar animal perpetrados por productores porcinos noruegos. El documental buscaba establecer si las cosas habían mejorado luego de un reportaje similar publicado en 2019. La conclusión fue que todo había empeorado, en particular por la ineptitud de la autoridad alimentaria de Noruega, Mattilsynet, y la indiferencia del gobierno conservador de Erna Solberg. La única diferencia medible fue que en junio pasado, luego de ver el documental, la Ministra de Agricultura, Olaug Bollestad, dijo estar “verdaderamente irritada”. En 2019, la misma ministra dijo estar “enojada y decepcionada”. El estado de ánimo de la Ministra debe considerarse un valioso avance. 

Además, la normativa para la industria porcina es tan mala que los cerdos incluso sufren en granjas que no infringen la ley“, escribió NRK, mencionando como ejemplo de tales prácticas que casi todos los cerdos noruegos se mantienen confinados en un pequeño recinto de hormigón durante toda su vida, sin tener la oportunidad de satisfacer sus necesidades innatas, como escarbar materiales y hacer nidos. “El estado de la producción porcina es testimonio tanto de un fallo del sistema como de graves problemas de mentalidad“, concluyó NRK. 

Normalmente, reportajes de este tipo sensibilizan a la opinión pública, lo que a su vez motiva algún tipo de respuesta de parte de las autoridades administrativas y políticas. Este no es el caso en Noruega. 

El 9 de agosto, NRK publicó un nuevo reportaje donde analiza un informe de Mattilsynet sobre su gestión supervisora del bienestar animal, correspondiente al primer semestre del año. El informe da cuenta de 781 inspecciones realizadas en el semestre; es decir, una fuerte contracción respecto de las 3.704 inspecciones realizadas en el mismo período de 2019. 

La pandemia es la excusa inmediata aducida por Mattilsynet. Según la directora de sección para bienestar animal, Torunn Knævelsrud, la pandemia ha resultado en la necesidad de “concentrarse únicamente en las inspecciones absolutamente necesarias”.

NRK revela que, en realidad, la pandemia es solo una parte de la explicación, ya que las inspecciones a granjas han disminuido en 70% en los últimos cinco años. 

Ante ello, Knævelsrud responde “indudablemente, se trata de utilizar los recursos disponibles de la mejor forma posible; es decir, actuar con la mayor certeza posible, identificando a los productores con mayor riesgo de incurrir en faltas al bienestar animal”. Knævelsrud explicó que Mattilsynet tiene estrategias para “supervisar más sistemáticamente a los productores con maltrato crónico de sus animales”, algo que se consigue con un registro digitalizado de las enfermedades o heridas que tengan los animales al llegar al matadero. 

Este planteamiento implica que la autoridad alimentaria de Noruega acepta el maltrato crónico de animales y que sólo identifica la necesidad de supervisarlos más sistemáticamente.   

Bjørn W. Jakobsen, vicepresidente de la Asociación Noruega de Medicina Veterinaria, comentó a NRK que Mattilsynet, al igual que numerosas organizaciones estatales noruegas, ha experimentado una reducción de subsidios en los últimos años, resultantes de políticas gubernamentales de efectivización y reducción de plantilla en organismos estatales. 

Jakobsen señala que este proceso de “racionalización y efectivización” ha resultado, en la práctica, en que Mattilsynet ya no esté realizando inspecciones por sorpresa; es decir, sin anunciar su visita al granjero.  “Debido a la falta de recursos, ni hablar de detectar a los peores granjeros, se trata de encontrar a los peores entre los peores”

Según Jakobsen, Mattilsynet necesita fondos gubernamentales del orden de los 100 millones de coronas noruegas (EUR 9,6 millones / USD 11,3 millones) para mejorar su labor y optimizar herramientas digitales de supervisión y control. Asimismo, hay una necesidad urgente de contratar a 20 nuevos veterinarios para la división de bienestar animal. 

Gobierno: “Los controles no mejoran el bienestar animal

El viceministro de agricultura de Noruega, Widar Skogan (partido Demócrata Cristiano), estima que Mattilsynet está haciendo “un buen trabajo”. “Consideramos que el bienestar animal no depende de un factor presupuestario ni de las fiscalizaciones que haga Mattilsynet. Corresponde a los granjeros cumplir con la ley y tener buenas actitudes”. 

En un reportaje anterior, NRK analizó el sistema de inspecciones y seguimiento de Mattilsynet. En concreto, estudió 200 violaciones a la Ley de Bienestar Animal en granjas noruegas, concluyendo que “los animales sufren por meses, incluso años, sin que las autoridades logren poner fin a la situación”

Extracto de la bitácora de Mattilsynet correspondiente a una granja de cerdos, para un período de 8 años:

2012: Se observaron varios animales enfermos y heridos. Entre ellos, una hembra con heridas abiertas en todo su cuerpo, que no era sacrificada por el granjero ya que “tenía que parir primero”

2016: Rutinas de limpieza deplorables, con toda la superficie donde duermen los animales llena de orina, agua y excrementos. Los cerdos estaban cubiertos de orina y excrementos, incluyendo sus cabezas. Hay capas gruesas de excrementos secos en áreas no habitadas. 

2017: Se observaron reiteradas violaciones a la Ley de Bienestar Animal. Las condiciones en que viven los animales les ocasionan grandes sufrimientos, por períodos prolongados.

2020: No se observa mejora alguna en la situación. 

NRK analizó 217 violaciones e infracciones a la Ley de Bienestar Animal, y la fiscalización realizada por Mattilsynet. Sus conclusiones son:

1. No hay consecuencias

Cuando Mattilsynet realiza una inspección y constata infracciones, emite una resolución en terreno, donde se da al granjero un plazo para corregir la situación. “Luego pasa el tiempo, sin que haya consecuencia alguna para los granjeros que dilaten su respuesta o simplemente no corrijan la situación”, escribe NRK.

Al respecto, la directora ejecutiva de Mattilsynet Ingunn Midttun Godal, comentó: “Quizás no hemos dado la suficiente atención al fiscalizar el cumplimiento de nuestras resoluciones. Ahí tenemos potencial para mejorar”

Luego NRK le pregunta: “¿Por qué no dan seguimiento a cada infracción y a cada productor infractor?”

La respuesta de Midttun Godal: “Es muy posible que debamos ser más estrictos”

2. No se exige documentación

NRK observa que para dar por cerrado un caso de violación de la ley de bienestar animal, sólo se requiere que el productor diga que la situación de los cerdos ha mejorado. “Sin que se requiera documentación alguna, todo se resuelve con una llamada telefónica de Mattilsynet, que toma nota en un papel, donde concluye que todo está bien”

Captura: NRK

Resoluciones de Mattilsynet y las comentarios manuscritos: “Hecho el 30/4-20”, “Entregado el 30/4-20”, “Se revisaron los procedimientos”, “Se hace limpieza diaria”, “Se realizó una limpieza”

La respuesta de Mattilsynet es “OK”, para luego archivar el caso. NRK presenta una serie de capturas de pantalla, con la documentación de Mattilsynet. Transcribimos una selección: 

“Respecto de la resolución sobre mantener seca el área donde descansan los cerdos, de mejorar la limpieza y que los cerdos tengan material para escarbar, se cierra el caso ya que usted ha informado que limpia y esparce material con más frecuencia”.

“Usted ha comunicado telefónicamente que ha procurado que todos los cerdos tengan acceso a material para escarbar. No hemos recibido respuesta escrita de parte suya. De todas formas, hemos decidido cerrar el caso con base en la información verbal que usted nos ha proporcionado”. 

“Usted nos ha comunicado que intentará dar a los cerdos más material para escarbar, para así satisfacer sus necesidades naturales. Respecto de sus bovinos, también nos ha dicho tener mejores procedimientos para la limpieza del área de reposo de estos animales, y que así están secos y limpios. Mattilsynet da por cerrado el caso”. 

Según NRK, la mitad de todos los casos se cierran de esa forma, es decir, sin que haya documentación que compruebe que la situación de los animales de hecho ha sido mejorada. “Mattilsynet podría pedir una fotografía, o un certificado de un veterinario. No lo hacen, incumplimiento así su propio reglamento que dice expresamente: ‘las resoluciones resultantes de inspecciones deben ser controladas'”.

Este planteamiento, al menos el fotográfico, es rebatido por Ingunn Midttun Godal, a cuyo juicio “una fotografía es una instantánea”, recalcando que a la entidad le preocupa que el productor ganadero sistemáticamente mejore la situación de sus animales. Respecto del planteamiento sobre el certificado veterinario, la directora ejecutiva de Mattilsynet guarda silencio. 

“¿Cómo sabe Mattilsynet si la infracción ha sido corregida si no piden documentación?” pregunta NRK, a lo que Midttun Godal responde: “En algunos casos aceptamos respuestas escritas o verbales, cuando hay razones para creer que la situación ha mejorado“. De esa forma, la funcionaria contradice los hechos, ya que NRK ha documentado que la mitad de los casos son resueltos de esa forma. 

NRK comentó a Middtun Godal que sólo 15 de 84 casos fueron cerrados luego de una inspección de seguimiento a las instalaciones de un infractor. Ante ello, la directora de Mattilsynet respondió: “Quizás sea adecuado preguntarnos si podríamos dar un seguimiento mejor y más rápido, pero debemos dar prioridad a los peores casos”. 

3. Mattilsynet desconoce sus propias resoluciones 

Según la investigación de NRK, casi el 50% de todas las infracciones tiene su origen en diversos incumplimientos, como que los cerdos no tienen un espacio adecuado, con material en el suelo como paja, heno, etc, que satisfaga su necesidad natural de escarbar, como asimismo falta de agua, alimento y limpieza.  Aparte de ello, el 30% de los casos se refiere a animales enfermos o heridos que no reciben atención alguna. 

Sin embargo, tal información estadística es toda una novedad para Mattilsynet, que no lleva estadística alguna sobre el tipo de infracciones que detecta y que motivan sus resoluciones. Las resoluciones no son sistematizadas y por lo tanto la entidad no sabe qué infracciones se repiten entre los productores porcinos. 

“No tenemos estadísticas suficientemente buenas sobre nuestras inspecciones ni tampoco buenos análisis sobre las cosas que revelamos entre los productores de cerdos”, dijo la directora ejecutiva de Mattilsynet. 

4. Casos sin resolver

La investigación de NRK también reveló una serie de infracciones sin resolver por largo tiempo. Se cita como ejemplo el caso de una granja donde los cerdos no tenían suficiente agua para beber. La situación se repitió durante años, hasta que un inspector de Mattilsynet dio al granjero 30 días de plazo para resolverlo.  617 días después, cuando NRK observó la documentación, el caso aún no había sido resuelto y Mattilsynet no sabía cuál era la situación actual de los cerdos en esa granja. 

En otra granja, los inspectores observaron en 2019 varios cerdos con heridas abiertas, fracturas o postrados sin poder levantarse. Mattilsynet escribió en la oportunidad que “es grave que el productor haya evitado en varias oportunidades atender a los animales enfermos y heridos”. Se dio entonces un plazo de tres semanas para que el granjero solucionara la situación, incluso dándole la opción de sacrificar a los cerdos. Al cabo de 797 días, es decir 114 semanas, el caso seguía abierto en Mattilsynet.  

NRK escribe: “Como resultado de nuestro reportaje, Mattilsynet solucionó el caso rápidamente, enviando al granjero una carta, donde se disculpa: ‘Nuestra resolución de [tachado] 2019 fue respondida por usted dentro del plazo requerido. Esta carta debe ser enviada a usted para que así sea correcto para el sistema informático, lamentamos que llegue con tanto tiempo de retraso'”. Cabe señalar que la breve nota de Mattilsynet tiene errores de puntuación y de digitación. 

Consultada al respecto, la funcionaria responsable dijo “No hay explicación, solo fallamos“. 

Pero NRK indagó aún más, constatando que el granjero en cuestión siguió entregando animales fracturados y con heridas abiertas al matadero. La simple contradicción, o desinformación deliberada, de Mattilsynet respecto de este caso fue expuesta ya que la propia entidad había escrito otra carta al mismo granjero: “Los cerdos tenían heridas en la cola, con hernias abiertas en el vientre en ambos lados, y con heridas en todo el lomo, hasta la cabeza. Un animal venía tan dañado que su cadáver debió ser destruido“. 

Ante ello, Ingunn Midttun Godal comentó: “Esta es una fiscalización insuficiente de parte nuestra. Se trata de un caso de maltrato crónico de animales. El bienestar de los animales era malo para la primera inspección, después un poquito mejor para la segunda inspección, para luego empeorar nuevamente. La pregunta es cuando deberíamos decir ‘ya basta’ “. 

NRK luego le pregunta: “El caso se cerró cuando nosotros preguntamos. ¿Cómo pueden ustedes saber que la situación de los animales ha mejorado, sólo porque llamamos?”

La respuesta de Midttun Godal: “Creo que ahí usted menciona algo que podríamos mejorar”. 

5. Pocas reacciones severas

NRK escribe que Mattilsynet está facultada para aplicar una serie de medidas que obliguen a los granjeros a mejorar la situación de sus animales, como por ejemplo multas o incluso clausura. Sin embargo, estas medidas muy rara vez son utilizadas. 

De los 217 casos analizados por NRK, sólo en 11 oportunidades se adoptaron resoluciones severas. “Lo que ocurre entonces es que Mattilsynet da a muchos infractores una nueva oportunidad”, observa NRK, agregando que: “Por ejemplo, un productor tenía tantos animales enfermos y heridos que se le exigió un plan para mejorar el bienestar animal. El productor elaboró un plan, pero no lo cumplió. Para la segunda inspección, los animales seguían sufriendo. Entonces Mattilsynet adoptó una nueva resolución: elabore un nuevo plan. También se recomendó al granjero imprimir el plan y colgarlo en una pared”

NRK se pregunta entonces: “¿Cuánto deben sufrir los animales antes que Mattilsynet prohíba a un granjero dedicarse a la producción de cerdos?  Sólo tres productores fueron clausurados en un año. Uno de ellos después de 10 años de reiteradas violaciones a la ley de bienestar animal de Noruega. Mattilsynet fundamentó su resolución de clausura señalando que ‘las infracciones resultaron en grandes sufrimientos para muchos animales, durante largo tiempo’ “. 

La actitud de Mattilsynet queda reflejada en el siguiente comentario de Ingunn Midttun Godal: “Por una parte, debemos contribuir a que los productores cuiden mejor a sus animales. Por otra parte, si usamos las medidas más severas, estaremos quitando a ese productor su base de sustento. Por lo tanto, es importante que seamos pacientes”. 

6. Solo excepcionalmente realizan fiscalizaciones no anunciadas

Por regla general Mattilsynet no debe anunciar sus inspecciones ya que la idea es ver las instalaciones tal como funcionan normalmente. Sin embargo, en 7 de cada 10 inspecciones, Mattilsynet anuncia su llegada al productor porcino. 

Con ello, Mattilsynet está incumpliendo la normativa de la Unión Europea, según la cual las inspecciones no deben ser anunciadas. Aunque no es un país comunitario, Noruega ha homologado gran parte de las directrices de la UE mediante el Espacio Económico Europeo (EEE).

La explicación dada por Ingunn Midttun Godal es la siguiente: “Los inspectores no se sienten seguros. Durante los últimos años se ha criticado mucho a Mattilsynet por la forma en que hace su trabajo. A veces se nos critica por ser muy estrictos y otras por no ser lo suficientemente estrictos. Esto ha afectado la auto-confianza en la organización. Nuestro personal se siente inseguro de su papel. No se sienten lo suficientemente seguros como para aplicar las medidas más severas”. 

La situación también parece ser tensa para los propios productores: “El sólo hecho de ver un vehículo de Mattilsynet entrando a la granja puede ser difícil para el granjero. Además, las visitas no anunciadas también pueden incidir negativamente en la forma en que nos perciben”.

Ole Andreas Engen, catedrático de gestión de riesgo en la Universidad de Stavanger, Noruega, defendió a Mattilsynet, señalando “la forma más eficaz de inspección no está en ser una suerte de policías espiando detrás de cada arbusto. La forma mejor, y más barata, es que los productores cumplan con las reglas porque así lo quieren. Una cultura de observancia de la ley no se consigue con sanciones ni sospechas”. 

Consultado sobre el hecho que Mattilsynet no requiera documentación a los productores porcinos, sobre mejoramiento del bienestar animal, Engen respondió que “Por una parte, puede interpretarse como que están mostrando confianza en el granjero, algo que en sí es bueno. Pero también podría parecer algo ingenuo, y por la documentación que NRK me ha mostrado, puede parecer como que la fiscalización es deficiente”. 

Mattilsynet recibe anualmente 12.000 denuncias de “preocupación” sobre bienestar animal en granjas noruegas. 

Es difícil creer que Noruega, uno de los países más ricos del mundo, carezca de 9 millones de euros para reforzar a Mattilsynet, una entidad que obviamente no está a la altura de su función. Pero el problema evidentemente no es sólo la supuesta falta de fondos, sino la incompetencia crónica de Mattilsynet, que queda reflejada en varios pasajes de este artículo, y también la indiferencia de la autoridad política del país. 

Y qué ocurre con los tribunales de justicia

En este contexto de abandono, los tribunales podrían ser el último recurso, la última esperanza de solidaridad humana para los animales, aparte, claro está, del trabajo de organizaciones animalistas. 

Sin embargo, este tampoco es el caso. El 27 de junio, NRK publicó una entrevista a Kåre Skogstad, un productor bovino que “dejó a sus animales ahogarse en sus propios excrementos“. Aduciendo problemas psiquiátricos, este granjero abandonó a su suerte en un establo a 32 vacas durante cuatro meses y medio. 

El sujeto fue llevado a juicio, siendo sentenciado a 7 meses de cárcel. En su dictamen, el juez escribió: “Al abrir el establo se observó vacas apáticas vadeando en su propio estiércol, que cubría toda la superficie del recinto. Tres cadáveres flotaban, de vacas ahogadas en sus propios excrementos. A una vaca, aún viva, el estiércol le llegaba al cuello. Luego se encontraron tres nuevos cadáveres sumergidos en esta materia marrón, con distintos grados de descomposición. Los bebederos de agua estaban cubiertos de estiércol. El olor a amoníaco era insoportable y hacía difícil respirar. En su desesperación por aire fresco, las vacas habían roto con sus cabezas una pequeña ventana. Una de ellas tenía su cabeza asomada entre los vidrios rotos. Cuando el departamento de bomberos concluyó su trabajo, se registraron 7 cadáveres. 25 vacas fueron evacuadas, pero 18 de ellas debieron ser sacrificadas”

Sin embargo, por inexplicable que parezca, a pesar de la sentencia condenatoria, el tribunal resolvió autorizar al granjero a continuar su labor como productor bovino. La única limitación es que “sólo podrá tener un máximo de 55 vacas”. 

En la entrevista, NRK pregunta a Kåre Skogstad: “Muchos han reaccionado frente a nuestras revelaciones sobre la situación en las granjas porcinas. La gente considera que es inexplicable que algo así ocurra. ¿Qué opina al respecto?”

La respuesta de Skogstad: “Ah, claro, en cierta forma es inexplicable. Si alguien hace algo así deliberadamente contra sus animales, entonces yo los llamaría psicópatas. El problema es que el sistema hace que estos granjeros se maten trabajando. No estoy diciendo que deban ser absueltos por las fotos que hemos visto. Pero creo que el sistema está diseñado para que cosas así sigan ocurriendo”.

Luego, NRK le pregunta: “¿Entiende que hay quienes opinan que usted no debería seguir a cargo de animales?”

“Lo entiendo perfectamente. Yo mismo pensaba así cuando leía sobre otras tragedias similares. ¿Cómo es posible que no limpien toda esa mierda? Pero luego de lo que me pasó a mi, entiendo que cosas así pueden ocurrir”, señala Kåre Skogstad, agregando que “es necesario un enfoque totalmente diferente en el plano político. Es necesario organizar una ganadería que proteja a los animales y a los granjeros”. 

Fotografía: Nettverk for dyrs frihet

Siendo este nuestro segundo artículo sobre el abandono en que se encuentran los animales de granja en Noruega, quizás habrá quienes se pregunten si en Sociedad Vegana tenemos alguna animosidad contra ese país nórdico. Por el contrario, la percepción generalizada sobre Noruega, que compartimos, es de un país que destaca por su humanismo y su gestión mediadora en conflictos globales; en resumen, un país campeón de los derechos humanos. Por lo tanto, más que animosidad, sentimos decepción frente a un país que nada hace, administrativa, política ni judicialmente, frente a los abusos permanentes de que son víctimas, en su territorio, seres inocentes, sintientes e indefensos: los animales de granja. 

Héctor Pizarro
info@sociedadvegana.com

Versión en inglés de este artículo.

Fotografías: Nettverk for dyrs frihet (Red para la Libertad Animal)

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