“Es todo mentira”, así de tajante es George Monbiot en The Guardian al referirse a los supuestos beneficios climáticos de la ganadería. Mientras la industria invierte en romanticismo y desinformación, Monbiot destapa las tácticas y los datos falseados.
En el panorama actual, donde la crisis climática y la pérdida de biodiversidad hacen imperativo tomar medidas drásticas, surgen voces que intentan maquillar la realidad de ciertas industrias. Una de las más activas en esta labor de “lavado verde” es, sin duda, la industria ganadera. Recientemente, el reconocido periodista y activista ambiental George Monbiot ha vuelto a poner el dedo en la llaga con un artículo demoledor.
Publicado el 7 de mayo en The Guardian bajo el título “New reports tell us cattle and sheep farming can be sustainable – don’t believe them, it’s all bull” (Nuevos informes nos dicen que la ganadería bovina y ovina puede ser sostenible – no los creas, es todo mentira), Monbiot desarticula con gran precisión los argumentos que intentan vendernos una ganadería idílica y amigable con el planeta.
Monbiot comienza su análisis con un ejemplo impactante: un reciente incendio en Dartmoor, Inglaterra, en un sector que, según explica, no debería ser propenso al fuego. La razón: “ovejas, vacas y ponis lo han hecho así. Ramonean selectivamente las plántulas de árboles, impidiendo el regreso del bosque templado lluvioso, que es extremadamente difícil de quemar.” Este es solo un atisbo de los múltiples impactos de la ganadería extensiva.
El artículo denuncia cómo “varias películas recientes, junto con celebridades, políticos, multimillonarios y podcasts de extrema derecha, buscan persuadirnos de que el ganado vacuno y ovino son buenos para la atmósfera y la biodiversidad”. Monbiot es tajante al respecto, afirmando que: “Esta historia, con pinceladas de romanticismo rural, es ahora la frontera más activa y seductora de la negación de la ciencia climática. Está fuertemente promovida por la industria cárnica, que es tan despiadada y maquiavélica como la industria de los combustibles fósiles”.
En Sociedad Vegana consideramos que esta comparación con la industria de los combustibles fósiles es dolorosamente precisa. Ambas industrias se enfrentan a una evidencia científica creciente sobre su impacto destructivo y, en lugar de asumir responsabilidades y transitar hacia modelos verdaderamente sostenibles (que en el caso de la ganadería implicaría una reducción drástica y, en última instancia, su abandono), optan por millonarias campañas de desinformación. El objetivo es sembrar la duda y retrasar la acción, manteniendo así sus beneficios económicos – a costa del futuro del planeta.
Monbiot procede a desarticular dos informes recientes que pretenden avalar la supuesta sostenibilidad de la ganadería. El primero, de FAI Farms y financiado por McDonald’s, afirma que su granja es “más allá del cero neto” en emisiones. Sin embargo, Monbiot revela fallos metodológicos garrafales: muestras insuficientes y no representativas, manipulación de datos (como la importación de heno o el arado y resiembra de campos entre mediciones) y la omisión de mediciones cruciales como la densidad aparente del suelo en la primera toma de muestras. Un despropósito científico que, convenientemente, se presenta con conclusiones optimistas en sus resúmenes ejecutivos.
El segundo informe, del Sustainable Food Trust (SFT), promueve la ganadería en praderas temporales y sugiere un cambio de consumo hacia más carne de res y cordero y menos cerdo, pollo y cultivos. Monbiot detectó omisiones críticas: ¿cuánta tierra se necesitaría para los cultivos que comemos los humanos bajo este sistema? ¿Aumentaría nuestra dependencia de las importaciones, arrebatando alimentos a poblaciones más necesitadas o impulsando la deforestación en otros lugares? Al ser confrontado, el fundador de SFT admitió que los precios de los alimentos se dispararían y se basó en “supuestos heroicos” como una reducción drástica del desperdicio alimentario y cambios dietéticos masivos y prescriptivos por parte de la población.
En Sociedad Vegana consideramos que los argumentos de Monbiot sobre el uso del suelo son fundamentales y se alinean con lo que venimos defendiendo. La ganadería es, por definición, una forma ineficiente de producir alimentos. Según datos de la FAO y estudios como el de Poore & Nemecek (Universidad de Oxford, 2018), la ganadería utiliza aproximadamente el 83% de la tierra agrícola mundial pero produce solo el 18% de las calorías y el 37% de las proteínas. Esta ineficiencia es una de las principales causas de deforestación, especialmente en regiones como el Amazonas, para crear pastos o cultivar piensos. Liberar estas tierras del yugo ganadero permitiría la reforestación y la restauración de ecosistemas, que actuarían como sumideros de carbono mucho más efectivos que cualquier pasto “bien gestionado”.
Además, la idea de que necesitamos “más” ganado para la salud del suelo ignora las alternativas basadas en plantas, como la agricultura regenerativa sin animales, el uso de abonos verdes, la rotación de cultivos y el compostaje, que pueden mejorar la estructura del suelo y retener carbono sin los enormes costes ambientales y éticos asociados a la cría de animales.
Monbiot concluye con una advertencia que resuena profundamente con nuestra filosofía: “Si tales afirmaciones surgieran de cualquier otro sector, las reconoceríamos por lo que son: lobby de la industria. Pero debido a que sus imágenes bucólicas sintonizan con temáticas culturales arraigados, el entusiasmo por tales no-soluciones se extiende desde McDonald’s hasta el Rey Carlos. El desafío fenomenalmente complejo de alimentar al mundo sin devorar el planeta no se resolverá con ilusiones y simplezas románticas.”
A nuestro juicio, es fundamental no dejarse engañar por estas narrativas edulcoradas. La solución más coherente, ética y científicamente respaldada para abordar el impacto de nuestro sistema alimentario en el clima, la biodiversidad y el uso de recursos es una transición masiva hacia dietas basadas en plantas. El veganismo no es una “simpleza romántica”, sino una respuesta pragmática y poderosa a uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo.
Agradecemos a George Monbiot por su claridad y rigor analítico al exponer estas verdades. Es hora de dejar de creer en cuentos de hadas patrocinados por la industria, estructurados en torno a la desinformación, y empezar a tomar decisiones basadas en la evidencia. El futuro del planeta, y el nuestro, depende de ello.
Por Héctor Pizarro, Sociedad Vegana