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Nutrición

Una dieta basada en plantas reduce significativamente el riesgo de apnea del sueño

La incorporación de diversos alimentos vegetales en las dietas puede disminuir los síntomas de la apnea del sueño y mejorar la salud en general, según los investigadores.

Una reciente investigación ha puesto de manifiesto el importante efecto de una dieta basada en plantas en la reducción del riesgo de apnea del sueño, una afección caracterizada por la interrupción de la respiración al dormir. El estudio, realizado por el Dr. Yohannes Melaku, de la Universidad Flinders de Adelaida (Australia), y publicado en ERJ Open Research, revela que las personas que consumen una dieta rica en verduras, frutas, cereales integrales y frutos secos tienen un 19% menos de probabilidades de sufrir apnea del sueño que las que ingieren menos de estos alimentos.

La investigación también subraya la variación en la reducción del riesgo entre sexos, con los hombres experimentando un beneficio más pronunciado de una dieta basada en plantas para mitigar el riesgo de apnea del sueño. En la apnea del sueño, relacionada con diversos problemas de salud como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y la depresión, influyen factores como la obesidad, los hábitos de vida y atributos físicos como la circunferencia del cuello. Esta afección, que se calcula que afecta a 1.000 millones de personas en todo el mundo, suele requerir pérdida de peso y ajustes del estilo de vida para su tratamiento.

El estudio, que analizó los datos de 14.210 participantes en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de EE.UU., clasificó la ingesta alimentaria en alimentos vegetales sanos, alimentos vegetales menos sanos y alimentos de origen animal. Los hábitos alimentarios de los participantes se evaluaron junto con un cuestionario para valorar la probabilidad de padecer apnea del sueño.

El Dr. Melaku destacó el papel crucial de la calidad de la dieta en la gestión del riesgo de apnea del sueño, señalando los beneficios potenciales de los alimentos antiinflamatorios y ricos en antioxidantes para reducir factores como la inflamación y la obesidad, que contribuyen a esta afección. Los resultados abogan por intervenciones dietéticas personalizadas para atender las necesidades individuales de quienes padecen apnea obstructiva del sueño.

La profesora Sophia Schiza, de la Sociedad Respiratoria Europea, subrayó la importancia de incorporar a la dieta una gama variada de verduras, frutas y cereales integrales. Hizo un llamamiento para que las opciones dietéticas saludables estén al alcance de todos, subrayando los amplios beneficios para la salud de tales hábitos nutricionales.

Ilustración: Canva

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Nutrición

¿Será 2024 un año de cambio en materia de derechos de los animales y carnes alternativas?

2024 podría propiciar avances prometedores en el ámbito de los derechos de los animales y la tecnología alimentaria. Estos avances no son meros pasos, sino saltos cualitativos hacia un futuro en el que el trato ético de los animales esté profundamente arraigado en nuestra sociedad.

A medida que se acerca 2024, crece la esperanza de que el nuevo año marque un avance significativo en el bienestar animal. Avances recientes, como los mencionados en este artículo, indican un cambio positivo hacia un trato más ético de los animales. No se trata sólo de cambios graduales, sino de transformaciones que reflejan una mayor concienciación sobre los derechos y el bienestar de los animales.

La llegada de la carne sin sacrificio animal

Winston Churchill, conocido entre otras cosas por sus ideas visionarias, hizo una predicción clarividente sobre el futuro de la producción de alimentos en su ensayo de 1931 titulado “Dentro de cincuenta años”, donde especulaba sobre los avances tecnológicos y su posible impacto en la sociedad. Una de sus predicciones se refería al cultivo de la carne: “Nos libraremos del absurdo de cultivar un pollo entero para comernos la pechuga o el ala, cultivando estas partes por separado en un medio adecuado”.

Con ello, Churchill previó la posibilidad de cultivar tejidos animales en un entorno de laboratorio, prediciendo esencialmente el concepto moderno de carne cultivada en laboratorio. Esta idea, concebida hace décadas, anticipó un cambio significativo en la producción de alimentos, alejándose de la ganadería tradicional y adoptando métodos más sostenibles y éticos de producción de carne.

Casi un siglo después de la previsión de Winston Churchill sobre el cultivo de carne, empresas como Upside Foods y GOOD Meat están haciendo realidad esta visión. La aprobación de los productos de pollo cultivado con células por el Departamento de Agricultura de EE.UU. supone un paso revolucionario en la búsqueda de alternativas sostenibles y éticas a la carne convencional. Estos avances en la agricultura celular podrían transformar nuestra forma de concebir la producción de carne, ofreciendo la esperanza de un futuro libre de la crueldad de la ganadería industrial.

Cambios globales en la política alimentaria

La creciente inversión de los gobiernos de todo el mundo en iniciativas alimentarias basadas en plantas es un prometedor indicador del cambio de actitud hacia la producción sostenible de alimentos. La importante inversión de Dinamarca en el desarrollo de la alimentación vegetal, junto con iniciativas similares en Corea del Sur, Alemania, Canadá y la región española de Cataluña, refleja un creciente reconocimiento de la necesidad de transformar nuestros sistemas alimentarios. Este cambio no sólo es crucial para el bienestar de los animales, sino también vital para hacer frente a los desafíos climáticos globales.

Proposición 12: un hito legislativo

En 2019, los estadounidenses de California dieron un paso decisivo al aprobar la Proposición 12, que obliga a que los huevos, la carne de cerdo y de ternera que se vendan en el estado procedan de animales criados en condiciones más humanas, esencialmente libres de jaulas. Fue una victoria notable para el bienestar de los animales de granja, que afectó a una parte sustancial del suministro de carne y huevos de Estados Unidos. La reciente decisión del Tribunal Supremo de respaldar esta ley en una ajustada votación de 5 a 4 significa una protección histórica para millones de animales, garantizando su libertad de los confines de las jaulas hacinadas.

Reflexión personal

Después de más de una década como vegano, la idea de consumir cualquier forma de proteína animal, incluida la carne cultivada en laboratorios, me resulta completamente ajena. Mi preferencia por las opciones basadas en plantas ha ido creciendo con los años. Aún disfruto con platos como las hamburguesas, las pizzas e incluso las salchichas. Pero darse este gusto no busca reproducir el sabor y la sensación de la carne. Lo que me atrae es el formato. Hay algo intrínsecamente agradable en la experiencia de comer una hamburguesa, la combinación de texturas y sabores en un alimento que se puede sostener con la mano. Lo mismo ocurre con la pizza o los hot dogs: no se trata de imitar a la carne, sino de disfrutar de su familiar formato. Lo mismo, pero veganizado. Para mí, las alternativas vegetales proporcionan toda la satisfacción sin concesiones éticas. Aquí es donde la carne cultivada en laboratorio entra en juego para la mayoría. Representa una solución perfecta para quienes disfrutan del sabor de la carne pero son cada vez más conscientes de sus implicaciones no solo éticas, sino también medioambientales. Consumir carne cultivada en laboratorio eliminará una dimensión fundamental del consumo tradicional de carne: que hay una víctima implicada, el animal. Para quienes la comen, es solo un momento de placer sensorial; para el animal, es toda su vida. Esta nueva tecnología permite a los amantes de la carne disfrutar de sus sabores y texturas preferidos, al tiempo que se adhieren a un estilo de vida más compasivo y sostenible.

En este contexto, también es propio reconocer el potencial de las proteínas animales cultivadas en laboratoriocomo solución para la alimentación de mascotas. Así, esta innovación ofrecerá una solución práctica al dilema ético al que se enfrentan los veganos que tienen mascotas como perros y gatos, que obviamente necesitan proteínas animales. Indudablemente, al comienzo estas carnes cultivadas serán costosas y, por lo mismo, prohibitivas como alimento para perros y gatos, pero en la medida que se masifique la producción, ocurrirá lo mismo que con todas las innovaciones tecnológicas: su precio será asequible.

También hay retrocesos, jurídicos y políticos, como lo que vimos este año en mi país, Chile, donde el gobierno decidió arropar a la industria láctea, menoscabando de paso la innovación en tecnología alimentaria. Sin embargo, los avances globales de los últimos años, especialmente lo que vemos venir para 2024, denotan sólo el principio. Estamos en el camino hacia un futuro más ético y sostenible, y cada paso que damos, ya sea a través de acciones legales, innovación tecnológica o elecciones personales, nos acerca más a ese objetivo. Sigamos avanzando, explorando nuevas posibilidades y creando un mundo más justo para todos los seres.

A propósito de lo anterior, y como es habitual por estas fechas, les invito a considerar su participación en Veganuary, un movimiento mundial que anima a las personas a probar el veganismo durante el mes de enero y, en lo posible, en adelante. Esta iniciativa busca promover y educar sobre esta perspectiva y estilo de vida, haciendo hincapié en sus beneficios para la salud, los animales y el medio ambiente. Veganuary es algo más que un reto de un mes; es una oportunidad para explorar un estilo de vida compasivo y sostenible, y tal vez, encontrar un nuev estilo de vida que resuene con los valores compasivos y éticos de la mayoría.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración vía Dall-e

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Nutrición

Foro destaca la “evolución natural” de la industria basada en plantas

El sabor agradable de los productos veganos  y la sostenibilidad deberían ser el doble objetivo de las marcas alimentarias.

En el reciente Foro de Alimentación Sostenible 2023 celebrado en Londres, Reino Unido, expertos del sector se reunieron para debatir y elaborar estrategias sobre cómo transformar nuestro actual sistema alimentario en uno más equilibrado, seguro y sostenible. El evento sirvió de sólida plataforma para debatir la mejor manera de alinear la industria alimentaria con los objetivos de sostenibilidad. 

Según Gemma Tadman, Directora de Comunicación Empresarial de ProVeg International, una galardonada organización de concienciación alimentaria comprometida con la sustitución de los alimentos de origen animal, el foro aportó una serie de ideas clave. 

En primer lugar, la transición del sector energético hacia la sostenibilidad sirve de modelo para la industria alimentaria. Al igual que ocurre con la transición energética, cambiar el sistema alimentario debe ser un esfuerzo concertado en el que participen gobiernos, ONG y todas las demás partes interesadas. El Foro destacó que los consumidores están cada vez más preocupados por el impacto medioambiental de sus elecciones alimentarias y están dispuestos a apoyar un sistema alimentario más sostenible. 

En segundo lugar, las reformas de las subvenciones son de vital importancia. Se criticó el actual desequilibrio en la financiación, que favorece a la agricultura animal frente a las alternativas sostenibles. La reorientación de las subvenciones podría tener un impacto significativo en el precio y la disponibilidad de las opciones basadas en plantas, fomentando así una transición más rápida hacia un sistema alimentario sostenible. 

En tercer lugar, el sabor es un factor clave en las dietas sostenibles. Las decisiones de los consumidores no se basan únicamente en la huella medioambiental, sino también en el sabor del producto. Las marcas que se esfuercen por ofrecer tanto sabor como sostenibilidad estarán mejor posicionadas para triunfar en el mercado.

Por último, la industria basada en plantas está experimentando lo que puede llamarse una “evolución natural”. A pesar de los relatos sobre la ralentización de las ventas, los expertos del sector como Tadman creen que esta fase ayudará a eliminar las marcas que no cumplan las expectativas de los consumidores, dejando espacio para que las que sí lo hagan dominen el mercado. 

Tadman también señaló que un futuro más sostenible requerirá la colaboración y la acción de los actores de la industria alimentaria. Esto resuena bien con la misión de ProVeg International de sustituir el 50% de los alimentos de origen animal por alternativas vegetales y cultivadas para 2040. 

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Derechos animales Nuestro planeta Nutrición Veganismo

Por qué apoyamos el Plant Based Treaty: Un compromiso con el bienestar animal y la salud planetaria

Estamos comprometidos con un futuro mejor para los animales y las personas apoyando el Plant Based Treaty. Descubra cómo esta iniciativa internacional se alinea con nuestros pilares de bienestar animal, salud humana y sostenibilidad.

En Sociedad Vegana apoyamos incondicionalmente la misión y los objetivos del Plant Based Treaty (Tratado Basado en Plantas). Como plataforma dedicada a la promoción del veganismo y el trato ético de los animales, nuestro trabajo coincide plenamente con los objetivos de esta importante iniciativa. Al dar nuestro apoyo, pretendemos amplificar la llamada a la acción del Tratado dentro de las comunidades hispanohablantes de todo el mundo, abogando por la transformación radical e imperativa de los sistemas alimentarios.

En un mundo que se enfrenta a un cambio climático sin precedentes, nos corresponde replantearnos nuestras prácticas habituales. La agricultura animal, una de las principales responsables de la degradación medioambiental, necesita atención urgente. El Plant Based Treaty no sólo reconoce este problema acuciante, sino que establece un marco de acción claro basado en tres principios clave: Abandonar, Redirigir y Restaurar.

Abandonar: Respaldamos el llamamiento del Tratado para detener el cambio en el uso de la tierra, la degradación de los ecosistemas y la deforestación para la producción ganadera. Conservar los recursos vitales de la tierra y los hábitats naturales es un requisito previo para un futuro sostenible.

Redirigir: Sociedad Vegana apoya una transición activa de los sistemas alimentarios basados en animales a sistemas basados en plantas. Nos comprometemos a seguir utilizando nuestra plataforma para educar y animar a las comunidades de habla hispana a adoptar una dieta basada en plantas, contribuyendo así a los esfuerzos globales por un planeta más sano y sostenible.

Restaurar: Apoyamos que el Tratado se centre en la restauración activa de los ecosistemas clave, en particular la repoblación de los entornos naturales y la restauración de los bosques. Como parte de nuestra labor de sensibilización, seguiremos destacando la interconexión entre el veganismo y la restauración medioambiental.

Creemos que el Plant Based Treaty proporciona una hoja de ruta factible que complementa el Acuerdo de París de la CMNUCC al situar los sistemas alimentarios en el centro de los planes de acción climática. Al respaldar este Tratado, Sociedad Vegana pretende servir de conducto para la difusión de sus principios, promoviendo un estilo de vida basado en plantas como una opción viable, ética y saludable.

Esperamos contribuir al éxito del Plant Based Treaty e instamos a los gobiernos nacionales y a otras organizaciones a que le presten la atención y el compromiso que merece.

Apoye hoy el Plant Based Treaty: Defienda un futuro sostenible

Únase a nosotros en esta jornada transformadora hacia un mundo más sostenible y compasivo. Su voz importa y juntos podemos lograr un impacto indeleble. Si le motiva nuestro compromiso de crear un futuro mejor a través de una vida basada en plantas, le invitamos a respaldar oficialmente el Plant Based Treaty. Sólo le llevará un momento sumar su voz a esta importante iniciativa internacional. Apoye el Tratado aquí.

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Nutrición Veganismo

El gran debate de las proteínas: por qué las proteínas vegetales son superiores para la salud y la fuerza humana

Un nuevo y convincente vídeo de YouTube aborda el acalorado debate sobre las fuentes de proteínas animales frente a las vegetales.

En un nuevo vídeo, Chris Macaskill, de Plant Chompers, ofrece una visión en profundidad del acalorado debate sobre las fuentes de proteínas animales frente a las vegetales. Si está pensando en comer más sano y minimizar al mismo tiempo su impacto medioambiental, es probable que este análisis científico le resulte esclarecedor. He aquí las razones clave por las que la proteína de origen vegetal parece superior, según explica Macaskill en su vídeo:

1. Salud a largo plazo. Una extensa revisión de más de 800 estudios realizada por científicos internacionales concluyó que la carne procesada es un carcinógeno probado. También catalogaron la carne roja como probablemente cancerígena. Su informe cita pruebas contundentes de que el hierro hemo abundante en la carne favorece la aparición del cáncer. Por el contrario, grandes estudios demuestran claramente que sustituir la carne roja por proteínas vegetales como los frutos secos, las legumbres y la soja reduce el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiacas. La carne también carece de la fibra protectora, los antioxidantes y los fitoquímicos beneficiosos que se encuentran de forma natural en las plantas.

2. Desarrollo muscular. Una prueba bien documentada hizo que levantadores de pesas tomaran suplementos de proteína de soja y otros suero de leche, mientras igualaban otros parámetros como el total de calorías y el entrenamiento. A pesar de las pretensiones de las comunidades culturistas de que las fuentes animales son mejores para el músculo, el grupo basado en plantas ganó una masa muscular y una fuerza equivalentes a las de los consumidores de carne. La conclusión fue que con una ingesta total de proteínas adecuada, la fuente real no importa para los individuos sanos. Muchos atletas y entrenadores se están adaptando ahora a las proteínas en polvo de origen vegetal e informan de los mismos beneficios sin la hinchazón o la intolerancia que a veces se observa con las proteínas de origen lácteo.

3. Necesidad proteica. Contrariamente al bombo publicitario sobre la deficiencia generalizada, las investigaciones demuestran que la mayoría de las personas ya obtienen suficientes proteínas de su dieta. Aunque una mayor ingesta ayuda a desarrollar los músculos en individuos muy activos, los estudios muestran que en el caso de las personas mayores vulnerables, sólo el ejercicio de resistencia mejoró la fuerza y la función física – la proteína extra no ofreció beneficios añadidos. Para los adultos sedentarios y los niños, el exceso de suplementos proteicos en lugar de una nutrición general a partir de alimentos vegetales integrales podría ser perjudicial.

4. La industria cárnica y su manipulación de la opinión pública. Dado que la industria cárnica invierte mucho en relaciones públicas y grupos de presión, deberíamos escudriñar quién financia y promueve los estudios que alegan la superioridad de la proteína animal. Un análisis cuidadoso revela cómo muchos artículos populares sobre nutrición exageran las supuestas deficiencias proteicas para promover agendas específicas. Cualquier afirmación en torno a la nutrición debe estar respaldada por una investigación rigurosa e imparcial.

Macaskill concluye que, para la mayoría de las personas, las fuentes vegetales de alimentos integrales ofrecen fácilmente proteínas más que suficientes. Existen razones de peso para reducir en gran medida o eliminar el consumo de carne: la ética, la compasión por los animales, la sostenibilidad medioambiental, la utilización de los recursos y, sobre todo, la salud a largo plazo. Tanto el bienestar animal como la salud pública se beneficiarían de las fuentes vegetales como forma principal de satisfacer las necesidades proteicas. Nuestras elecciones alimentarias repercuten no sólo en la salud humana, sino en el bienestar del planeta.

Chris Macaskill, creador de Plant Chompers, y presentado a menudo en Plant Based News, aporta rigor científico y honestidad intelectual a sus vídeos en los que explora las pruebas en torno al veganismo y la alimentación basada en plantas. Licenciado en Bioquímica por la Universidad de Minnesota, Chris adopta un enfoque mesurado en sus análisis, evaluando cuidadosamente los estudios y comprobando las fuentes de referencia. A diferencia de muchas personalidades de YouTube, evita el sensacionalismo y revela sus propios sesgos por adelantado. El compromiso de Chris con los hechos por encima de las exageraciones facilita la credibilidad de sus contenidos. Cuando un tema complejo como el de las proteínas es propenso a la desinformación por todos los flancos, la equilibrada perspectiva científica de Chris ofrece a los espectadores una visión digna de confianza. Su sólida base científica brilla en las sesudas investigaciones presentadas en el canal Plant Chompers.

Entonces, ¿hacia dónde nos dirigimos? Tras revisar las pruebas, tal y como las presenta, por ejemplo, Chris Macaskill, las plantas merecen una clara preferencia como nuestras fuentes de proteínas. Las lentejas, porotos, los frutos secos y los cereales integrales deberían constituir el núcleo de nuestra ingesta de proteínas. Es importante informarnos sobre nutrición y, para el caso de los veganos,  tomar  suplementos de B12. Lo cierto es que estudio tras otro demuestran los beneficios para la salud, el rendimiento y la sostenibilidad de las fuentes de proteínas vegetales de calidad. Nuestros cuerpos, el planeta y, por cierto, los animales, nos lo agradecerán.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana
hector@sociedadvegana.com

Ilustración: fotograma, Chris Macaskill en YouTube

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Nutrición

La superioridad de la leche de soja en el debate entre lácteos y soja

Aparte de los enormes beneficios para la salud humana, para producir un solo litro de leche de vaca se necesitan 628 litros de agua. En cambio, la leche de soja sólo necesita 28 litros.

¿Está pensando en cambiar la leche de vaca por la de soja? Explore las razones de peso para adoptar un estilo de vida sin lácteos y descubra por qué la leche de soja es la mejor opción en comparación con la leche de vaca.

“La leche de soja está rodeada de muchos conceptos erróneos, sobre todo en lo que se refiere a sus beneficios para la salud”, afirma Kate Fowler, de Vegan Food and Living. “Nuestro objetivo aquí es desmitificar estas ideas preconcebidas comparando esta bebida de origen vegetal con la leche láctea tradicional”.

Aunque no es un producto lácteo, Fowler señala: “La leche de soja es una alternativa fantástica para quienes no pueden o prefieren no consumir leche láctea. Los estudios demuestran que sólo una o dos raciones diarias de leche de soja pueden ofrecer un valor nutricional equivalente al de la leche de vaca, lo que la convierte en una opción segura para el consumo diario.”

La leche de origen vegetal puede parecer una tendencia reciente, pero Fowler explica que “la leche de soja tiene una larga historia, y su primer uso documentado se remonta al siglo XVII.”

A continuación, Fowler escribe sobre los beneficios de la leche de soja desde 7 perspectivas.

Nutrición

Según Fowler, “la leche de vaca y la de soja comparten una cantidad similar de proteínas completas: aproximadamente 3,5 g por 100 g”. Sin embargo, señala, “la leche de soja contiene muchas menos grasas saturadas y cero colesterol. Además, ofrece fibra, un elemento esencial para una digestión saludable del que carecen los lácteos.”

Fowler añade: “La mayoría de las marcas enriquecen su leche de soja con vitamina B12, calcio y yodo, lo que la convierte en una conveniente fuente de nutrientes, especialmente para los veganos.”

Antibióticos

Hablando de la ganadería lechera, Fowler revela: “La alta prevalencia de mastitis, una dolorosa infección en las ubres de las vacas, hace inevitable el uso de antibióticos. Los residuos pueden acabar en la leche, fomentando potencialmente la resistencia a los antibióticos”. En cambio, “la leche de soja está completamente libre de antibióticos”.

Intolerancia a la lactosa y alergias

“Una parte significativa de la población adulta mundial es intolerante a la lactosa”, advierte Fowler. “El consumo de lácteos puede desencadenar síntomas como hinchazón, calambres estomacales y diarrea, a menudo sin que el individuo se dé cuenta de que la lactosa es la culpable.” Y explica: “Como la leche vegetal carece de lactosa, un cambio a la leche de soja puede aliviar estos problemas casi de inmediato.”

Cáncer

Fowler reconoce que “cada vez preocupa más el papel de los lácteos en la promoción del cáncer” y añade que “en cambio, la leche de soja, de la que antes se creía erróneamente que causaba cáncer por su contenido en fitoestrógenos, ahora se sabe que tiene un efecto protector contra varias formas de cáncer.”

Emisiones causantes del cambio climático

Compartiendo un estudio de la Universidad de Oxford, Fowler señala que “la leche de vaca tiene más de tres veces las emisiones de la leche de soja debido a la producción de metano y los requisitos de uso de la tierra.”

Uso de la tierra y deforestación

Fowler explica cómo, “según el mismo estudio de Oxford, la leche de vaca requiere más de 27 metros cuadrados de tierra para producir 100g de proteína, mientras que la soja necesita poco más de dos metros cuadrados.” Y continúa: “Este uso desproporcionado de la tierra por los productos animales impulsa la deforestación, afectando a las poblaciones de animales salvajes y a la biodiversidad.”

Uso del agua

Fowler cita un estudio mundial que señala que “se necesitan 628 litros de agua para producir un solo litro de leche de vaca. En marcado contraste, la leche de soja sólo requiere 28 litros. Dada la creciente escasez mundial de agua, esta diferencia es crucial”.

Además de las observaciones de Fowler, nos gustaría añadir que la leche de soja no es la única en la escena de las leches vegetales. Es importante señalar que la leche de soja es sólo una de las muchas alternativas disponibles. La leche de almendras, la leche de avena, la leche de arroz y muchas otras también ofrecen excelentes perfiles nutricionales y comparten muchos de los mismos beneficios que hemos comentado aquí, como ser ecológicas, una opción viable para quienes tienen intolerancia a la lactosa y, lo que es más importante, no implican sufrimiento animal. Al igual que con cualquier otro alimento, siempre es una buena idea variar las opciones y disfrutar de la amplia variedad de leches vegetales disponibles, sabiendo al mismo tiempo que se está tomando una decisión que no daña a los animales.

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Derechos animales Nutrición

Una perspectiva sobre la innovación y la competencia: Carta abierta al Ministro de Agricultura de Chile

Sr. Esteban Valenzuela, Ministro de Agricultura:

Le escribo para referirme a las declaraciones hechas por usted a los medios de comunicación chilenos en el marco del litigio en curso entre NotCo y la Asociación Gremial de Productores de Leche, Aproval.

Como observador de la evolución del sector alimentario, considero fundamental considerar este caso en el contexto más amplio de los cambios en las preferencias de los consumidores, junto a imperativos éticos y medioambientales. Vivimos en una era de cambio e innovación, donde empresas como NotCo buscan satisfacer las nuevas demandas de los consumidores y contribuir a la sostenibilidad medioambiental. Desarrollan alternativas de origen vegetal que satisfacen no sólo a las personas con problemas dietéticos, sino también a los consumidores, cada vez más sensibilizados en materia medioambiental. Sugerir que “deberían hacer algo más creativo” en su elección de nombres, como usted ha declarado, parece infravalorar sus esfuerzos innovadores.

En cuanto a su sugerencia de llamar a la leche vegetal “jugo cremoso de soja”, quisiera comunicarle, Sr. Ministro, que el término “leche”, en el contexto de la leche de origen vegetal, lleva décadas, incluso siglos, siendo aceptado en todo el mundo, y los consumidores entienden la diferencia entre la leche de origen animal y sus alternativas de origen vegetal. La “leche de almendras” se conoce en Europa desde la Edad Media, en tanto que el primer producto comercial conocido como “leche de avena” fue lanzado en Estados Unidos en la década de 1940.

Por ello, y aunque entiendo la motivación subyacente que le lleva a referirse a las leches vegetales como “jugo cremoso de soja”, es prudente aceptar que el término “leche” se ha utilizado universalmente para referirse a un líquido nutritivo cremoso ya sea de origen animal o vegetal.

Es más, si aplicáramos su lógica y optáramos por la denominación de “jugo cremoso de soja”, también deberíamos estar preparados para ser igualmente rigurosos, y referirnos a la leche de vaca como “secreciones mamarias de bovinos”. Creo que este término descriptivo, aunque técnicamente exacto, no sería del agrado de la industria láctea, del mismo modo que decir “jugo de plantas” no es justo para las leches vegetales. El debate debería centrarse menos en la semántica y más en la calidad, la nutrición, la sostenibilidad y la ética de estos productos.

Como señalaba, aunque puedo entender que la naturaleza de su cargo incluya la protección de las industrias establecidas, probablemente estará de acuerdo en que el gobierno no debería suprimir la innovación que es crucial para el crecimiento y la competitividad global de nuestra nación. La competencia debe inspirar la mejora de los productos y servicios, no coartar las alternativas.

Para quienes, como usted, defienden la industria láctea tradicional, debería haber espacio para un equilibrio entre los antiguos paradigmas y la innovación. Fomentar una perspectiva más integradora de la competencia podría conducir a soluciones creativas que beneficien a todas las partes interesadas, incluidas las empresas emergentes de tecnología alimentaria y, lo que es más importante, a los consumidores.

Reflexionando sobre sus comentarios, y para enfatizar mi punto de vista, es dable abordar una realidad terminológica similar: “harina de pescado”. Este término incorpora “harina”, concepto principalmente asociado a la molienda de trigo y otros cereales, pero también al procesamiento de pescado. Considero importante reconocer que el lenguaje evoluciona con los cambios sociales y tecnológicos, incluidos los cambios en los métodos de producción de alimentos. La sola idea de una demanda de productores de harina de trigo contra los productores de harina de pescado, disputándoles el nombre genérico, resulta descabellada. Por cierto: ¿qué pasa con la “leche humectante”? ¿Es la industria cosmética la siguiente en sus prioridades ministeriales? Y ni hablar de la Vía Láctea. Abordar estas cuestiones requiere una comprensión coherente y abierta de cómo el lenguaje refleja nuestro cambiante panorama alimentario.

El debate incluso va más allá de ofrecer más opciones a los consumidores; reconoce el importante daño medioambiental de la ganadería tradicional y la necesidad urgente de instaurar prácticas más sostenibles. El objetivo de su gobierno no debería ser salvaguardar intereses creados a costa de suprimir la innovación. Se trata de que nuestro país progrese colectivamente hacia un futuro más sostenible y, me atrevo a decir, compasivo.

El veganismo es una filosofía cuya ética emana del reconocimiento de los derechos de los animales, siendo el principal de ellos el derecho a no ser explotados. Al proponer una transición total de la producción de leche de origen animal a la de origen vegetal, tal perspectiva se combina con la sostenibilidad para el planeta y una mejor salud humana. El sufrimiento que soportan las vacas y otros animales destinados a la producción láctea en los sistemas de ganadería industrial es inmenso y profundamente desolador. En segundo lugar está la sostenibilidad, donde las investigaciones ponen constantemente de relieve el grave impacto medioambiental de la agricultura animal, que incluye a la industria láctea. Estas operaciones contribuyen sustancialmente a las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación y la contaminación de acuíferos, entre otros problemas medioambientales. Además, al considerar la salud humana, es un hecho científico que las dietas basadas en plantas reducen el riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes y ciertos tipos de cáncer. Las leches de origen vegetal ofrecen una alternativa nutritiva y bienvenida para las personas con intolerancia a la lactosa o alergias a la leche, y abastecen a un número creciente de consumidores que eligen dietas basadas en plantas por diversas razones. Así pues, abogar por el fin de la industria de la leche animal no es un rechazo a lo que usted denomina tradiciones milenarias, sino un llamamiento en favor de un futuro más respetuoso, saludable y sostenible.

Las preocupaciones sanitarias no acaban ahí: Es sabido que la leche de origen animal, sobre todo la de vaca, puede contener trazas de hormonas, antibióticos y células somáticas, comúnmente denominadas “pus”. Aunque toda la leche, incluida la leche materna humana, contiene de forma natural hormonas como el estrógeno y la progesterona, la intensidad con la que se ordeña a las vacas durante embarazos cíclicos hace que su leche tenga niveles hormonales más elevados, lo que podría afectar al equilibrio biológico del consumidor. La industria láctea combate estas infecciones con antibióticos, lo que también es motivo de preocupación por la posible presencia de residuos de antibióticos en la leche que consumimos y su posible contribución a la resistencia a los mismos. En cuanto a las células somáticas, éstas comprenden una mezcla de células inmunitarias, células de la piel y bacterias, y aumentan en respuesta a infecciones como la mastitis, lo que convierte su presencia en una incómoda realidad de la ganadería lechera. Al respecto, el Colegio Médico Veterinario de Chile escribe en su sitio web que “El recuento de células somáticas (RCS) es uno de los indicadores de la calidad de la leche. Cuando este índice se incrementa, lo hace en respuesta a bacterias patógenas como Staphylococcus aureus, causante de mastitis. Una vaca totalmente sana muestra recuentos de aproximadamente 50.000 células/ml de leche, variando este número entre 5.000 y 200.000, aunque el número de células puede cambiar según el estadio de lactación, y aumenta según la vaca se hace más vieja”. En otras palabras, un litro de leche proveniente de una vaca sana tiene 50 millones de células somáticas.

Estas cuestiones subrayan los beneficios de las leches vegetales, que están libres de pus, hormonas y antibióticos.

Confío en que estas perspectivas contribuyan a sus conocimientos como autoridad de gobierno y a una reevaluación de su postura en esta materia.

Atentamente,

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración: Fotograma, video ‘Exponiendo a la Industria Láctea’ (35 segundos de duración) de Animal Save Movement. Fotografía de NotMilk (c) NotCo. Fotografía de Esteban Valenzuela (c) Ministerio de Agricultura de Chile.

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Derechos animales Nutrición

De la controversia legal al despertar ético: Un fallo judicial contra NotCo en Chile pone de manifiesto el lado oscuro de la industria láctea

En una sentencia judicial dictada la semana pasada, la industria láctea chilena triunfó contra NotCo por su uso del término “Not Milk”. Curiosamente, esta maniobra legal involuntariamente ha puesto en el centro de atención no sólo la marca NotCo, sino también las propias prácticas del sector.

En una sentencia histórica publicada el viernes 26 de mayo de 2023, el Primer Juzgado Civil de Valdivia, Chile, falló en contra de NotCo, empresa de tecnología alimentaria, en un caso presentado por la Asociación de Productores de Leche, Aproval. El tribunal declaró que NotCo incurrió en “competencia desleal” al utilizar el término “Not Milk” para su bebida a base de plantas.

Vista la causa, el tribunal determinó que NotCo había aprovechado injustamente estrategias publicitarias, posicionando su producto como un “sustituto de la leche”, al tiempo que presentaba la leche de bovino como “perjudicial para la salud y dañina para el medio ambiente”. Como resultado, se prohibió a NotCo utilizar el término “Not Milk” y se le condenó a pagar las costas judiciales del caso.

Aunque coincidimos en la necesidad de garantizar una competencia leal y defender principios comerciales éticos, la sentencia plantea algunas cuestiones y puntos de controversia importantes.

La palabra “leche” y su carácter no exclusivo

En muchas culturas, la palabra “leche” no ha sido exclusiva de los productos lácteos. Los consumidores están familiarizados desde hace tiempo con términos como “leche de coco”, “leche de almendras”, “leche de soja” o “leche de avena”. La sentencia parece ignorar este contexto lingüístico y cultural moderno, y más aún contemporáneo, en el que “leche” no se asocia estrictamente a las secreciones mamarias de mamíferos.

Por su parte, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene diversas definiciones de la palabra “leche”, incluyendo las siguientes:

1. f. Líquido blanco que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos para alimento de sus crías.

2. f. leche de algunos animales que se emplea como alimento de las personas.

3. f. Jugo blanco obtenido de algunas plantas, frutos o semillas. Leche de coco, de almendras.

4. f. Cosmético de consistencia espesa, generalmente de color blanco. Leche hidratante.

Hay varios otros ejemplos, entre ellos, el uso de palabras como “mantequilla” e incluso “harina”, que establecen un precedente para un uso extendido de la terminología alimentaria. “Mantequilla” se utiliza para “mantequilla de maní” o “mantequilla de almendras”, mientras que “harina” se extiende más allá del trigo para incluir “harina de maíz”, “harina de arroz” y “harina de almendras”. Este precedente indica que los términos tradicionalmente asociados a los productos de origen animal se aceptan desde hace tiempo para las alternativas de origen vegetal, en muchas culturas y países. En sentido inverso, también existe el precedente de la “harina de pescado”.

Perspectivas contrastadas: El fallo restrictivo del tribunal chileno frente a la acogida de la leche de origen vegetal por parte de la FDA

Mientras que la sentencia del tribunal chileno contra NotCo supone un paso atrás en varios niveles, es alentador ver que otros países – incluso aquellos donde la industria láctea constituye un formidable grupo de presión política – están cambiando su enfoque para reflejar mejor la evolución de las preferencias de los consumidores y el creciente cúmulo de evidencia científica.

Tomemos como ejemplo Estados Unidos, donde la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) publicó en febrero pasado un borrador de directrices que permiten que las bebidas de avena, soja, almendra y otras de origen vegetal sigan utilizando el término “leche”. Según la FDA, los consumidores entienden la diferencia entre estas alternativas a la leche de origen vegetal y la leche de animales. El término “leche”, como señalan, está ahora “fuertemente arraigado en el vocabulario de los consumidores cuando describen y hablan de alternativas de origen vegetal”.

Este enfoque no sólo respeta la inteligencia del consumidor, sino que también reconoce la dinámica cambiante de la industria alimentaria. Las directrices de la FDA, que también recomiendan a los fabricantes que etiqueten voluntariamente la diferencia nutricional entre sus productos y la leche de origen animal, buscan sortear el “aumento significativo” de alternativas lácteas de origen vegetal en el mercado y garantizar que los consumidores dispongan de la “información que necesitan para tomar decisiones nutricionales y de compra con conocimiento de causa”.

Lo anterior evidencia una forma de avanzar que da cabida a la innovación, reconociendo la importancia de la elección y la transparencia para los consumidores. Pone de relieve que mientras algunos pueden aferrarse a viejos paradigmas, otros están dispuestos a adaptarse y dar cabida al futuro de la alimentación.

Consideraciones lingüísticas y el precedente legal que podría establecerse

Teniendo en cuenta que la sentencia se dictó en Chile, es crucial prestar atención a la dimensión lingüística del caso. El lenguaje utilizado para la denominación del producto, “Not Milk”, es el inglés, en lugar del español (“No Leche”), lo que crea ambigüedad en cuanto a qué convenciones lingüísticas son válidas para el fallo. Al reconocer este contexto lingüístico, podemos comprender mejor los entresijos de la sentencia y su posible impacto.

Además, la sentencia sienta un precedente amenazante. Dado que la línea de productos de NotCo incluye “Not Cheese”, esta decisión podría potencialmente abrir las puertas a nuevas acciones restrictivas en Chile contra los nombres de los alimentos de origen vegetal, en este caso el queso, amenazando con limitar la innovación y la capacidad de elección de los consumidores.

A la luz de estas consideraciones, parece prudente que NotCo recurra esta sentencia. Más que un caso corporativo, esta situación exige una reevaluación más profunda de los límites del lenguaje y la innovación dentro de la industria alimentaria. Pone de relieve una comprensión equilibrada de los términos tradicionales y sus connotaciones en evolución, respetando tanto el uso histórico como la necesidad de flexibilidad lingüística para dar cabida a la innovación.

La sentencia, aunque supuestamente busca defender la competencia leal y los principios comerciales éticos, puede frenar inadvertidamente el avance de la industria alimentaria. Así pues, resulta crucial que se entable un diálogo justo y abierto sobre estos temas, que respete la inteligencia del consumidor y los contextos culturales, históricos y lingüísticos de la terminología alimentaria.

Detrás del velo mercadotécnico de los lácteos: la pavorosa realidad de la producción lechera y la necesidad de un cambio radical

Esta sentencia hace oportuno reflexionar críticamente sobre la industria láctea, algo que a menudo se pasa por alto en el debate público. La producción láctea se ha identificado cada vez más como una práctica ecológicamente insostenible que, además, provoca un sufrimiento sistemático a gran escala, a generación tras generación de animales. Los productos lácteos proceden de una industria que sólo puede calificarse de aborrecible. Explota y maltrata sistemáticamente los aparatos reproductivos de las madres y sus crías, sometiéndolas a años de abusos continuos. Estos seres sensibles no son considerados individuos sino meras unidades de producción. La propia terminología de la industria describe de forma escalofriante a las vacas lecheras como “gastadas” tras unos seis años de ordeño incesante, momento en el que son enviadas al matadero. Del mismo modo, sus terneros, considerados como subproductos, suelen correr una suerte similar a una tierna edad.

La cruda realidad de este ciclo de vida y muerte en las granjas industriales, oculto tras un velo publicitario y comercial, es profundamente preocupante. La industria, en su implacable búsqueda de lucro, ha perdido de vista las consideraciones éticas y el respeto básico por la vida e, incluso, por la salud humana.

Desafiar sistemas tan profundamente arraigados no es tarea fácil, pero es necesario. En Sociedad Vegana buscamos estimular un diálogo más amplio sobre la sostenibilidad y la ética de la industria láctea; arrojar luz a espacios oscurecidos, motivar conversaciones y, con suerte, impulsar un cambio hacia sistemas alimentarios más compasivos y sostenibles. Así también intentamos dar voz a quienes no la tienen: los animales inocentes. Estamos convencidos de que si los consumidores toman consciencia de la realidad de la industria láctea, se aceleraría su desaparición y sustitución por alternativas humanas y sostenibles. A esto se suma un cambio cultural, impulsado principalmente por las generaciones más jóvenes, que sitúan el bienestar de los animales, la salud personal y la crisis climática al frente de sus elecciones como consumidores.

Silenciar la verdad: la sentencia judicial punitiva contra NotCo pone de manifiesto una paradoja a la hora de priorizar la transparencia

En un matiz que nos deja algo perplejos, NotCo, que dijo la verdad sobre las serias preocupaciones sanitarias y medioambientales relacionadas con los lácteos, se encuentra en el punto de la mira de una sentencia judicial punitiva. Es una situación curiosa, por decirlo de alguna manera, en la que una empresa es penalizada no por desinformar, sino por arrojar luz sobre problemáticas reales que a menudo se pasan por alto en la engañosa fachada publicitaria de la industria láctea. Cabe preguntarse si estamos entrando en una era en la que decir la verdad, en lugar de celebrarse, se considera ‘competencia desleal’.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración: Fotogramas, video ‘Exponiendo a la Industria Láctea’ (35 segundos de duración) de Animal Save Movement. Fotografía de NotMilk (c) NotCo.

Nota: este artículo fue modificado el 30 de mayo de 2023. La frase “Cabe preguntarse si estamos entrando en una era en la que decir la verdad, en lugar de celebrarse, se considera un delito punible”, ha sido sustituida por “Cabe preguntarse si estamos entrando en una era en la que decir la verdad, en lugar de celebrarse, se considera ‘competencia desleal’ “.

Con ello, el texto es consistente con el tema de fondo y con la lógica del Primer Juzgado Civil de Valdivia, Chile.

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La vitamina B12: enfoque en su posible deficiencia y estrategias de incorporación en dietas veganas

La vitamina B12, una de las 13 vitaminas esenciales para la salud humana, se diferencia de otros nutrientes por su origen: no es producida por plantas ni animales, sino por bacterias del suelo. Estas bacterias son consumidas y asimiladas por animales como las vacas, que albergan bacterias sintetizadoras de B12 en sus intestinos. Así, obtenemos vitamina B12 al consumir productos cárnicos y lácteos. Para producir B12 comercialmente, se requiere una gran cantidad de bacterias, lo que la convierte en la vitamina más costosa del mercado, con un precio de alrededor de 20.000 libras esterlinas (25.000 dólares) por kilogramo.

Según un video difundido por The Royal Society, alrededor del 90% de la vitamina B12 mundial se produce en China, lo que podría generar una crisis global de B12 ante eventuales tensiones políticas o económicas.

La deficiencia de vitamina B12 se identificó inicialmente en personas con anemia perniciosa, una anemia no basada en hierro, a comienzos del siglo XX. En 1926, los científicos George Richards Minot y William Parry Murphy descubrieron que el consumo de hígado crudo, que es rico en vitamina B12, podía aliviar los síntomas de la anemia perniciosa. Esta investigación les valió el Premio Nobel de Medicina en 1934.

En las décadas siguientes, los científicos pudieron aislar la vitamina B12 y entender mejor su papel en la salud humana, incluyendo su importancia en la formación de glóbulos rojos y la función del sistema nervioso. Hoy en día, sabemos que la deficiencia de vitamina B12 puede causar una serie de problemas de salud, desde la fatiga y la debilidad hasta el daño neurológico.

A medida que las personas adoptan dietas basadas en plantas, los niveles de vitamina B12 tienden a disminuir, especialmente en aquellos que pasan de una dieta vegetariana a una vegana.

Existen diferentes formas de incorporar vitamina B12 a una dieta vegana, entre ellas el consumo de leches vegetales fortificadas, levadura nutricional, algas, ciertos tipos de hongos, y suplementos. Asimismo, la biofortificación de alimentos, que consiste en enriquecerlos con nutrientes esenciales, puede ser una solución. The Royal Society, con base en el Reino Unido, recuerda que durante la Segunda Guerra Mundial, Robert McCants y Elsie Wilson sugirieron la biofortificación del pan con calcio para proveer nutrientes esenciales a la población en tiempos de racionamiento. Hoy en día, se están realizando experimentos similares con vitamina B12.

Un descubrimiento fortuito reveló que las plantas podrían absorber vitamina B12 cuando se les suministra, abriendo la posibilidad de biofortificar plantas con este nutriente. Este hallazgo permite explorar nuevas formas de incorporar la B12 en dietas basadas en plantas, especialmente en un contexto donde estas dietas son cada vez más populares por razones de sostenibilidad y salud.

https://youtu.be/xUcFhCZVbV0
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Nutrición

Estudios de nutrición respaldan dieta vegana para combatir enfermedades

Investigaciones demuestran que una dieta vegana puede ser efectiva en el tratamiento y prevención de enfermedades como la diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer.

En un video publicado en YouTube por Plant Based News, el doctor Neal Barnard presenta las conclusiones de tres estudios históricos que demuestran los beneficios significativos de adoptar una dieta vegana frente a las dietas convencionales en el control y la prevención de diversos padecimientos de salud.

El primero de ellos es un estudio de tres años e duración realizado por el Physicians Committee, cuya conclusión principal fue que una dieta baja en grasas y completamente vegana demostrado ser efectiva en el tratamiento de la diabetes tipo 2. Los resultados mostraron una mejora significativa en el control del azúcar en la sangre al seguir esta dieta, incluso sin límite de calorías o carbohidratos.

En el segundo estudio referido por el doctor Barnard, su colega Caldwell Esselstyn llevó a cabo investigaciones centradas en enfermedades cardíacas. Los pacientes con enfermedad cardíaca existente adoptaron una dieta completamente vegana, eliminando así productos animales ricos en colesterol y grasa animal. El resultado fue una disminución del colesterol, mejoras en la presión arterial y pérdida de peso. Además, las arterias comenzaron a abrirse nuevamente y los síntomas de dolor en el pecho disminuyeron.

En el último estudio, realizado por el Dr. Dean Ornish y concentrado en el cáncer de próstata, la mitad de los participantes siguieron una dieta vegana mientras que la otra mitad recibió tratamientos médicos convencionales. Los resultados mostraron que ningún paciente del grupo vegano necesitó tratamiento adicional durante el estudio debido a que su antígeno prostático específico (PSA) no aumentó significativamente e incluso disminuyó un 4% durante ese año.

En conclusión, los tres estudios respaldan la adopción de una dieta vegana para el tratamiento y prevención de enfermedades como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer.