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Derechos animales

La tragedia de Lyndi-P: un toro que enriquece a sus dueños, que bromean y lo llaman “estrella pornográfica”

Lyndi-P, un toro de élite que genera importantes ingresos para sus propietarios, se enfrenta a una cruda realidad en la que debe producir continuamente esperma o ser sacrificado. A pesar de los esfuerzos del animal, sus cuidadores muestran una total falta de compasión, bromeando sobre la difícil situación del toro y mercantilizando su existencia.

Lyndi-P, un “toro de élite” que genera importantes ingresos para sus propietarios, se enfrenta a una cruda realidad en la que debe producir continuamente esperma o ser sacrificado. A pesar de los esfuerzos del animal, sus cuidadores muestran una total falta de compasión, bromeando sobre la difícil situación del toro y mercantilizando su existencia.

La corporación de Radio y Televisión de Noruega, NRK, escribe sobre la ganadera noruega Torunn Hovde, quién “creó” el toro de élite Lyndi-P mediante la cría selectiva, utilizando pruebas de ADN para encontrar padres adecuados. Lyndi-P es ahora uno de los 24 toros de élite de Noruega, que produce esperma para inseminación artificial. El toro puede producir entre 400 y 1.000 dosis a la semana, con una dosis regular que se vende por 335 coronas y una dosis separada por sexos por 560 coronas en Noruega. La versión separada por sexos garantiza que sólo nacerán “vacas lecheras”.

El valor generado en el mercado noruego puede alcanzar las 335.000 coronas semanales, suponiendo un rendimiento máximo sin separación de sexos. El semen de Lyndi-P se ha vendido en Noruega, EE UU, Alemania, Reino Unido e Irlanda. Hovde vendió a Lyndi-P a Geno, una cooperativa propiedad de ganaderos lecheros noruegos, por 15.000 coronas (USD 1.400) cuando tenía 14 semanas. Los beneficios de las ventas de semen de Lyndi-P van a parar a las arcas de Geno.

Según Geno, por una semana de trabajo, consistente en dos eyaculaciones, Lyndi-P aporta dosis por valor de 670.000 coronas (64.000 dólares) equivalentes a 255.000 dólares al mes.

El ejecutivo de Geno, Hans Storlien, afirma que Lyndi-P seguirá produciendo mientras se mantenga en forma y sano. Pero todo depende de que la demanda no desaparezca. “Si la demanda cesa, el toro será sacrificado”.

Qué pensamos en Sociedad Vegana

Lyndi-P es tratado como un mero objeto, destinado a rendir en beneficio de los ganaderos. Se espera que el toro produzca al menos dos dosis semanales de esperma y, si no cumple, se le mata. Es un ejemplo escalofriante de cómo se trata a los animales como meras herramientas para obtener beneficios, sin tener en cuenta su bienestar o gratitud por su servicio.

Los propietarios se están beneficiando de la explotación de Lyndi-P, y ni ellos ni el sistema que representan parecen tener intención alguna de mostrar gratitud al animal. Enviar a Lyndi-P a un santuario como muestra de agradecimiento por haberles hecho ricos es una noción inconcebible para ellos y para la industria agrícola que apoya este tipo de trato.

Este enfoque de los animales como mercancías es profundamente perturbador y requiere un cambio significativo de mentalidad y valores. Después de leer esta información, y teniendo en cuenta las noticias de la industria porcina noruega (ver artículos de referencia), sólo podemos preguntarnos: ¿qué le pasa a Noruega, campeona de los derechos humanos, pero obviamente no del bienestar animal?

Por Héctor Pizarro, Sociedad Vegana. Fuente: NRK.

Ilustración: “Acá [Lyndi-P] aparece en la revista porno. Ahora se están haciendo muchas hijas a partir de él”, bromea Torunn Hovde. Fotografías (c) NRK