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Jaulas de hormigón: El coste oculto de la cría “limpia” de cerdos

Quisiera comenzar este artículo con una reflexión sobre la transparencia y la industria cárnica.

En Sociedad Vegana nos esforzamos por desvelar las realidades de las industrias que explotan sistemáticamente a seres sensibles (cárnica, láctea, avícola, acuícola, etc.) y su impacto en el bienestar de los animales, en la salud de las personas y en la sostenibilidad del planeta. Hoy, el algoritmo de YouTube me recomendó un convincente video en el que aparecía una ponente presentada como “Kate Cooper”, experta en marketing. En el video, la ponente revela las tácticas manipuladoras empleadas por la industria alimentaria para influir en las percepciones y elecciones de los consumidores, especialmente en relación con los productos de origen animal.

Inmediatamente me cautivó el contenido y las ideas que ofrecía, especialmente por tratarse de una “insider” del sector. Por lo tanto, me propuse escribir un artículo basado en la información presentada por “Kate Cooper”. Sin embargo, al indagar un poco, descubrí que la ponente no era una experta en marketing como se decía, sino una actriz llamada Kate Miles. Esta revelación me hizo reflexionar y me obligó a reconsiderar el tema.

En Sociedad Vegana estamos abocados a informar, lo que conlleva un compromiso irrestricto con la verdad y con la verificación de las fuentes de la información que publicamos. En ese contexto, es imperativo ser transparente sobre las fuentes de información y evitar tergiversar las credenciales o la experiencia de las personas. Aunque el contenido de la charla de “Kate Cooper” indudablemente contiene verdades valiosas sobre las prácticas de la industria cárnica, creo que sería engañoso presentar la información como si procediera de una auténtica conocedora de la industria.

Al igual que ocurrió con la industria tabaquera en el pasado, las industrias dedicadas a la explotación animal tienen un largo historial de engaño y desinformación, apoyado en estrategias de marketing y lavado de imagen. Las empresas tabaqueras mintieron durante décadas sobre los efectos perjudiciales del tabaco hasta que las pruebas fueron abrumadoras. La industria cárnica sigue ocultando la verdad sobre las crueles realidades del sector y su impacto en la salud pública y el medio ambiente.

Estimo que como sociedad, y como consumidores, debemos permanecer vigilantes y exigir transparencia a las industrias que conforman nuestro sistema alimentario. Necesitamos denunciantes valientes y personas conocedoras de la industria que den la cara y expongan la verdad, arrojando luz sobre las tácticas manipuladoras y los costes ocultos de la explotación animal.

Luego de esta aclaración sobre el video en cuestión, quisiera abordar algunas formas, entre muchas, en que la industria de la explotación animal manipula la percepción pública.

Privados de su naturaleza: La cruel realidad tras la cría moderna de cerdos

En el mundo del marketing alimentario, la industria cárnica se ha convertido en una experta en manipulación y propaganda, empleando un lenguaje e imágenes cuidadosamente elaborados para dar un barniz positivo a sus prácticas. Uno de los ejemplos más sorprendentes de este engaño es la forma en que la industria retrata el paso de la cría tradicional de cerdos a los sistemas modernos e intensivos, enmarcándolo como una muestra de progreso e innovación.

Cuando pensamos en la cría de cerdos, a menudo nos vienen a la mente imágenes de campos embarrados y entornos naturales. Sin embargo, la industria cárnica ha trabajado incansablemente para cambiar esta percepción, promoviendo la idea de que trasladar a los cerdos a instalaciones de hormigón es un avance positivo. Pero tras esta fachada de supuesta limpieza y progreso se esconde una verdad inquietante sobre la privación de los instintos y comportamientos naturales de estos animales.

La maquinaria de marketing de la industria cárnica busca presentar las prácticas modernas de cría de cerdos como limpias, eficientes y vanguardistas. Al hacer hincapié en las supuestas ventajas de confinar a los cerdos en recintos de concreto, pretende calmar las preocupaciones de los consumidores sobre el bienestar animal. Sin embargo, un examen más detenido de estos sistemas revela el profundo impacto perjudicial que tienen sobre el bienestar físico y mental de estos animales inteligentes y complejos.

La industria cárnica redefine el bienestar animal

En el ámbito del marketing alimentario, la industria se ha vuelto experta en manipular las percepciones de los consumidores para mantener una imagen positiva de sus prácticas. Un ejemplo de ello es la forma en que retrata el cambio de los métodos de cría tradicionales a los modernos sistemas de cría intensiva. Mediante un lenguaje y unas imágenes cuidadosamente elaborados, pretende convencer a los consumidores de que trasladar los cerdos de los campos embarrados a instalaciones de hormigón es una señal de progreso e innovación.

La industria hace hincapié en la noción de limpieza, sugiriendo que al sacar a los cerdos de su entorno natural y colocarlos en recintos de hormigón “limpios”, están protegiendo a los animales del “asqueroso y sucio barro” y de las “enfermedades que acechan en él”. Esta narrativa es especialmente evidente en los materiales educativos dirigidos a los niños, como los libros para colorear, que presentan a los cerdos en entornos supuestamente estériles y controlados como un avance positivo en la cría de animales.

“¡Que divertido! Nunca había estado en un establo de cerdos antes. ¿Donde está todo el barro?”
“Las pocilgas no tienen barro, Billy. Los productores mantienen todos sus establos limpios para que los cerdos estén sanos y felices”.

Sin embargo, esta representación del progreso es una fachada engañosa que oculta las verdaderas implicaciones de estas prácticas de crianza modernas. En realidad, al confinar a los cerdos en instalaciones de hormigón, la industria está privando a estos animales inteligentes y sensibles de sus instintos y comportamientos naturales. Los cerdos son criaturas con instintos que incluyen escarbar, cavar agujeros y hacer nidos.

En su hábitat natural, los cerdos realizan una amplia gama de actividades esenciales para su bienestar físico y mental. Escarbar, por ejemplo, es un comportamiento profundamente arraigado que les permite explorar su entorno, buscar comida y expresar su curiosidad natural. Del mismo modo, la capacidad de cavar agujeros y hacer nidos es un aspecto crucial del comportamiento porcino, sobre todo para las cerdas que se preparan para parir. Estas actividades instintivas no sólo proporcionan a estos animales una sensación de bienestar y seguridad, sino que también desempeñan un papel vital en sus interacciones sociales y estructuras jerárquicas.

Al confinar a los cerdos en recintos de hormigón, la industria elimina estos elementos esenciales de su existencia natural. El entorno artificial de los sistemas de cría modernos niega a los cerdos la oportunidad de experimentar los comportamientos que definen a su especie. Esta privación les provoca estrés, frustración y angustia psicológica, ya que los animales no pueden expresar sus instintos naturales ni satisfacer sus necesidades inherentes.

La afirmación de la industria de que sacar a los cerdos de los campos fangosos reduce su exposición a enfermedades es una simplificación engañosa. Si bien es cierto que ciertas enfermedades pueden ser más frecuentes en entornos al aire libre, el confinamiento de alta densidad de cerdos en granjas industriales crea su propio conjunto de riesgos para la salud. La proximidad de los animales en estos sistemas facilita la rápida propagación de las infecciones, haciendo necesario el uso generalizado de antibióticos para controlar los brotes de enfermedades. Esta dependencia de los antibióticos tiene importantes consecuencias para la salud pública, ya que contribuye al aumento de bacterias resistentes a los antibióticos.

Además, las condiciones de hacinamiento en las granjas industriales no solo afectan el bienestar de los animales, sino que también pueden convertirse en un caldo de cultivo para enfermedades potencialmente pandémicas. Un ejemplo notable es el brote de influenza H1N1 en 2009, también conocido como “gripe porcina”. Se cree que este virus surgió de las granjas industriales de cerdos en México, donde las condiciones insalubres y el hacinamiento permitieron que el virus se propagara rápidamente entre los animales antes de saltar a los humanos.

Es irónico que durante la pandemia de Covid-19 se nos obligara a los humanos mantener el distanciamiento social para prevenir la propagación del virus, mientras que en los criaderos de cerdos, bovinos y aves, los animales están confinados en espacios extremadamente reducidos. Estas condiciones de hacinamiento no solo causan un tremendo sufrimiento a los animales, sino que también crean un entorno propicio para la aparición y propagación de enfermedades, incluyendo las zoonóticas.

La ganadería industrial, con sus prácticas de confinamiento intensivo, uso excesivo de antibióticos y falta de medidas de bioseguridad adecuadas, supone una grave amenaza para la salud pública. Los patógenos que surgen en estas condiciones tienen el potencial de propagarse rápidamente entre los animales y, en algunos casos, de cruzar la barrera de las especies e infectar a los seres humanos.

Entonces, los intentos de la industria cárnica de presentar la retirada de los cerdos de su entorno natural como un desarrollo positivo son una estrategia de marketing calculada para calmar las preocupaciones de los consumidores y mantener la ilusión de progreso. Al centrarse en los supuestos aspectos de limpieza y prevención de enfermedades de las prácticas ganaderas modernas, desvían la atención del profundo impacto perjudicial que estos sistemas tienen en el bienestar animal.

Desenmascarando las mentiras sobre el cruel confinamiento de las cerdas en jaulas de gestación

“Nos esforzamos por optimizar la salud de los cerdos. Seguridad y comodidad, que han cambiado la forma de criar a las cerdas. Las decisiones sobre los métodos de estabulación deben basarse principalmente en datos científicos sólidos y en las aportaciones de los expertos veterinarios. Tanto si una granja utiliza la estabulación en grupo como la individual, la mayoría de los expertos coinciden en que lo más importante es el cuidado individual que se da a cada cerdo”.

El argumento presentado por la industria porcina para justificar el confinamiento de las cerdas en jaulas estrechas es un claro intento de ocultar una realidad cruel y poco ética bajo una fachada de preocupación por el bienestar animal. Afirmar que las decisiones sobre los métodos de estabulación se basan principalmente en “datos científicos sólidos” y en las “aportaciones de los expertos veterinarios” es una falacia, ya que numerosos estudios han demostrado los efectos negativos del confinamiento intensivo en la salud física y mental de los cerdos, especialmente en las cerdas confinadas por meses en jaulas de gestación.

En realidad, mantener a las cerdas en jaulas donde ni siquiera pueden moverse no tiene nada que ver con optimizar su salud, seguridad o comodidad. Estas prácticas están diseñadas para maximizar la eficiencia y los beneficios económicos a expensas del bienestar animal. Las cerdas son seres inteligentes y sensibles que requieren espacio adecuado para moverse, explorar y participar en comportamientos naturales. Confinarlas en espacios extremadamente reducidos les causa un tremendo estrés, frustración y sufrimiento, lo que puede llevar a problemas de salud física y trastornos del comportamiento, llegando incluso a enloquecer.

Además, afirmar que “lo más importante es el cuidado individual que se da a cada cerdo” es una burla cuando las cerdas están hacinadas en jaulas donde ni siquiera tienen espacio para darse la vuelta. En estas condiciones, las necesidades básicas de las cerdas, como el movimiento, la interacción social y la expresión de comportamientos naturales, se ven anuladas.

No es realista esperar que la industria cárnica admita sus prácticas y motivación verdadera, que es el lucro. Continuaremos, por lo tanto, escuchando sus falsedades sobre el bienestar animal.

En última instancia, el verdadero poder lo tiene el consumidor. Las personas tenemos la capacidad de discernir. Si vemos la foto de la cerda inmóvil en la jaula de gestación y la industria porcina nos dice “lo hacemos porque nos preocupa su felicidad”, entonces es fácil sacar nuestras propias conclusiones.

Héctor Pizarro
hector@sociedadvegana.com
Sociedad Vegana

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Vigilias por los animales: un despertar de consciencia frente al sufrimiento invisible


En el silencio conmovedor que precede al alba, los defensores de los animales se reúnen, unidos por un propósito común: las vigilias por los animales.

Estos encuentros, llenos de emoción y solidaridad, son mucho más que simples actos de protesta; son la expresión más sincera de la empatía humana, una oportunidad para reconocer y honrar las vidas de aquellos seres que, en breve, se convertirán en parte de un sistema que los invisibiliza. Las vigilias son un poderoso llamado a la acción, un momento para reflexionar sobre las verdades incómodas de nuestra sociedad y el valor intrínseco de cada vida que nos rodea.

Las vigilias por los animales son acontecimientos profundamente conmovedores que encarnan la compasión y la empatía inherentes al espíritu humano. Sirven como conmovedor recordatorio de las vidas individuales que a menudo no se ven ni se reconocen dentro del sistema alimentario. Estas vigilias no son meras reuniones; son una forma pacífica de protesta, un momento compartido de reconocimiento a los animales en su último viaje.

En el centro de cada vigilia está la confrontación con una dura realidad: el reconocimiento del sufrimiento y el encuentro cara a cara con seres que con demasiada frecuencia se consideran meras mercancías. Es un momento para dar testimonio de que cada animal, como nosotros, tiene el deseo de vivir y de evitar el dolor.

Al permanecer en vigilia, los activistas envían un poderoso mensaje de solidaridad, amor y esperanza. Es una oportunidad de ofrecer una caricia suave, una palabra amable o simplemente un momento de reconocimiento a estos animales. Estos actos, aunque pequeños frente a un sistema industrializado, forjan una profunda conexión entre humanos y animales, desafiando a otros a considerar la profundidad de lo que se pierde cuando los animales son reducidos a productos.

El impacto de las vigilias por los animales va más allá de los participantes; su objetivo es inspirar el cambio e iniciar una conversación sobre los derechos de los animales, la compasión y las implicaciones éticas de nuestras elecciones alimentarias. Cada vigilia puede ser un catalizador para la transformación, animando a los espectadores y a la sociedad en general a imaginar un mundo en el que todos los seres sean respetados y valorados, no por lo que pueden proporcionar, sino por lo que son.

En esencia, las vigilias por los animales son una llamada a despertar la conciencia de la humanidad, a impulsar un movimiento hacia un mundo más justo y misericordioso, un mundo en el que la empatía supere a la apatía, en el que la bondad sustituya a la crueldad y en el que se aprecie cada vida.

Por Héctor Pizarro, Sociedad Vegana
hector@sociedadvegana.com

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Revelan condiciones escandalosas de maltrato animal en granja avalada por Red Tractor

Filmaciones exponen condiciones deplorables y reiterativas en granja porcina del Reino Unido.

Una investigación encubierta ha revelado condiciones desgarradoras en la granja porcina Cross Farm en Holsworthy, Devon, Reino Unido, escribe el periódico británico The Guardian. Las imágenes y videos captados por Glass Wall Films revelaron cerdos que sufrían situación de abandono extremo, que incluía casos de canibalismo, heridas sangrantes y supurantes sin tratar y confinamiento en corrales inmundos. La granja, propiedad de WJ Watkins and Son, ha sido acusada de permitir un “sufrimiento inimaginable” en condiciones que contradicen claramente los estándares legales y de bienestar promulgados por el esquema de garantía Red Tractor, del que forma parte.

En una revelación angustiosa, las imágenes encubiertas mostraron cerdos en espacios estrechos y sucios, con algunos animales visiblemente desnutridos y otros con graves heridas sin tratar. La investigación, que se extendió a lo largo de cuatro noches no consecutivas, puso de manifiesto problemas sistémicos, lo que llevó a la organización animalista Advocates for Animals a denunciar la situación ante las autoridades competentes.

Según The Guardian, no es la primera vez que Cross Farm es objeto de investigación. Una visita realizada por Animal Equality en 2017 dio cuenta de un cuadro similar de abandono, con cerdos confinados en estructuras maltrechas, obligados a yacer en sus propios excrementos. Algunos animales fueron encontrados con grandes hernias en corrales con otros cerdos, mientras que las cerdas preñadas se mantenían en corrales de hormigón, sin comodidad alguna, lo que pone de manifiesto un patrón recurrente de desprecio por el bienestar animal.

Christopher Shoebridge, de Glass Wall Films, expresó su conmoción por la ausencia de las mejoras prometidas, describiendo el estado de la granja como inalterado, o incluso empeorado. La documentación del equipo sobre las condiciones de la granja ha planteado interrogantes críticas sobre el bienestar de miles de cerdos a lo largo de los años y la eficacia de la supervisión estatal o del propio gremio.

Además de los inquietantes hallazgos, el equipo documental informó que los cadáveres de cerdos, observados durante su primera visita, permanecían en los corrales días después, descompuestos y parcialmente comidos por otros cerdos. Las imágenes también mostraban corrales inundados de desechos y cerdos hacinados hasta el punto de la inmovilidad.

Las pruebas condenatorias van más allá de la simple negligencia y ponen en tela de juicio la reputación del Reino Unido en materia de altos estándares de bienestar animal. Las revelaciones coinciden con el estreno de “Pignorant”, un documental en Amazon Prime que cuestiona los supuestos estándares de bienestar en la industria porcina del Reino Unido y expone el controvertido uso del CO2 en el sacrificio de cerdos.

La National Pig Association reconoció que las imágenes mostraban prácticas “por debajo de los estándares”, aunque cuestionó la autenticidad de la grabación y defendió las prácticas estándar de la producción porcina. La asociación afirmó que Cross Farm ha cooperado con las investigaciones y ha cumplido con todos los estándares requeridos.

La gravedad de la denuncia lleva a recordar el caso de las granjas porcinas de Noruega, donde el abuso contra los cerdos es perpetrado a vista y paciencia de las autoridades. Ver artículos de referencia.

Qué pensamos en Sociedad  Vegana

El canibalismo entre cerdos, como se observó en Cross Farm, es un comportamiento anormal, principalmente inducido por factores de estrés como el confinamiento en espacios reducidos, la exposición a ruidos súbitos y el manejo inadecuado por parte de los cuidadores. Además, en madres porcinas, matar a sus crías se asocia con condiciones de hacinamiento, la introducción repentina a jaulas de parto sin aclimatación previa, y fluctuaciones hormonales significativas, conductas que se alejan radicalmente de su comportamiento natural bajo condiciones ideales de bienestar. La persistencia de estas prácticas en granjas avaladas por Red Tractor cuestiona la eficacia de tales certificaciones en asegurar el bienestar animal.

El sistema de certificación Red Tractor, que promueve altos estándares en producción, incluyendo seguridad alimentaria, bienestar animal y protección ambiental, enfrenta críticas ante evidencias de maltrato animal, uso indebido de antibióticos y contribución a la contaminación ambiental en granjas certificadas. Esta situación exige una revisión crítica y una posible reevaluación de los métodos de inspección y cumplimiento, para garantizar que las prácticas certificadas reflejen genuinamente los estándares prometidos.

El caso de Cross Farm ilustra la necesidad de reforzar y, posiblemente, rediseñar los procesos de verificación para que la certificación sea un reflejo auténtico de las prácticas implementadas en el terreno.

La confianza en esquemas de certificación como Red Tractor reposa en su capacidad para aplicar y hacer cumplir sus estándares de manera efectiva.

La inacción no solo perpetúa el maltrato y la negligencia hacia los animales, sino que además erosiona la credibilidad y la finalidad de los programas de certificación, reduciéndolos a simples herramientas de mercadotecnia destinadas a tranquilizar a los consumidores, en vez de ser verdaderos estandartes de calidad y ética en la producción de alimentos. Esta situación desvirtúa el propósito original de las certificaciones, convirtiéndolas en promesas vacías en lugar de compromisos reales con prácticas sostenibles y humanitarias.

Ilustración:  En un corral, los cerdos son incapaces de moverse debido al hacinamiento, con alrededor de 20 a 25 cerdos apiñados en un pequeño espacio. Fotografía: Advocates for Animals.

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El hedor de un barco brasileño de transporte de ganado suscita alarma en Sudáfrica

El nauseabundo olor detectado en Ciudad del Cabo procedente de un buque brasileño de ganado ha suscitado importantes dudas sobre las prácticas de transporte de animales vivos.

Los habitantes de Ciudad del Cabo experimentaron durante el fin de semana un olor penetrante y desagradable, descrito como “amoníaco puro” que acabó siendo atribuido a un buque de exportación de ganado vivo atracado en el puerto. Este buque, que transporta 19.000 reses de Brasil a Irak, dio lugar a una amplia investigación por parte de las autoridades locales. Los esfuerzos iniciales apuntaron a posibles fugas del sistema de alcantarillado, lo que llevó a la activación de un dispositivo de salud medioambiental. Finalmente, las investigaciones señalaron al barco Al Kuwait como fuente del olor.

Las organizaciones de defensa de los animales han destacado este incidente como un claro indicio de las extremas condiciones que soportan los animales en este tipo de viajes. El Consejo Nacional de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (SPCA) de Cabo de Buena Esperanza, ha expresado su vehemente oposición al transporte marítimo de animales vivos. Por ello, envió un consultor veterinario para evaluar el bienestar del ganado a bordo del Al Kuwait, buque ganadero de bandera kuwaití. Las conclusiones de la SPCA revelaron importantes problemas de bienestar, como la acumulación de heces y amoníaco, que contribuyen a crear un entorno muy angustioso para los animales. “Este olor es indicativo de las terribles condiciones que soportan los animales, que ya han pasado dos semanas y media a bordo, con acumulación de heces y amoníaco. El hedor a bordo es inimaginable, pero los animales se enfrentan a ello todos los días”, declaró la NSPCA en un comunicado. Las impactantes fotografías que ilustran esta nota ponen de relieve la situación en el barco.

La angustiosa situación de Ciudad del Cabo no es un incidente aislado. Recientemente, un buque que transportaba más de 16.000 cabezas de ganado vacuno y ovino a Oriente Medio estuvo varado en el mar durante casi un mes. El gobierno australiano denegó posteriormente una solicitud de reexportación de los animales por una ruta alternativa, alegando preocupación por su salud y bienestar.

Este incidente nos trae a la memoria la terrible experiencia de los terneros a bordo del Elbeik, que cubrimos extensamente hace tres años (ver artículos de referencia). Fue  una saga que pone de manifiesto la profunda inhumanidad inherente al comercio de exportación de animales vivos. El viaje del Elbeik, que terminó en Cartagena, España, reveló una cruda realidad: muchos animales no sobrevivieron al viaje, y los que lo hicieron soportaron un sufrimiento inimaginable, solo para ser sacrificados y sus cuerpos incinerados.  

El caso del Elbeik, en el que los terneros fueron hacinados en condiciones de suciedad y hacinamiento, sufriendo deshidratación, desnutrición y enfermedades, ofrece una imagen vívida de una industria que opera a expensas de seres sensibles. La gestión inepta, insensible e ignorante de la situación por parte de las autoridades españolas, agravada por sus intentos de ofuscar y desviar responsabilidades, pone aún más de relieve los fallos sistémicos que permiten que se produzcan tales atrocidades.

El comercio de animales vivos, ejemplificado por los viajes del Al Kuwait de Brasil a Irak y el trágico viaje del Elbeik, de España a Turquía, constituyen un crudo testimonio de la inhumanidad inherente a tales prácticas. Estos incidentes no sólo revelan el tormento físico y emocional infligido a estos animales, sino que también reflejan un fracaso ético generalizado a la hora de reconocer y proteger su bienestar. Es imperativo que la comunidad internacional, incluidos los organismos reguladores y los gobiernos, tomen medidas decisivas para poner fin al transporte a larga distancia de animales vivos. Debemos avanzar hacia un mundo en el que ya no se tolere semejante crueldad.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Todas las fotografías (c) SPCA Cabo de Buena Esperanza



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Algunas reflexiones sobre la comparación entre humanos y carnívoros

Es tentador desentrañar la lógica de quienes se comparan con depredadores salvajes para justificar sus elecciones dietéticas.

Luego de sonreír al ver una caricatura que se burlaba de la analogía entre el consumo humano de carne y los instintos naturales de un león, tuve una reflexión. El dibujo, que mostraba a un hombre declarando su naturaleza carnívora, comparándose con un león, mientras tomaba un café con leche -un comportamiento poco característico del león con el que se compara-, me hizo reflexionar sobre las falacias que a veces utilizamos para justificar nuestras preferencias alimentarias.

Con el satírico dibujo como base, consideré los argumentos subyacentes que a menudo no se cuestionan en nuestro discurso sobre el consumo de carne. La comparación de nuestros hábitos alimentarios con los de un león es un paralelismo tentador, porque implica arroparnos con “la intención de la naturaleza”. Sin embargo, esta lógica es fundamentalmente errónea.

Ilustración: vegansidekick.com

La naturaleza no se rige por los mismos marcos morales y éticos que guían a las sociedades humanas. Un león caza por necesidad, obligado por los instintos que rigen su supervivencia. No sopesa las implicaciones éticas de su dieta, simplemente come para vivir. En cambio, los humanos tenemos la capacidad única de reflexionar sobre nuestros actos y sus repercusiones. No nos regimos únicamente por la supervivencia, sino por la conciencia, la cultura y la elección.

La falsa equivalencia que se establece entre nosotros y los depredadores salvajes pasa por alto esta divergencia crítica. Nuestras elecciones alimentarias no se limitan al imperativo de la supervivencia. Tenemos el privilegio de acceder a una plétora de fuentes nutricionales, y este privilegio conlleva la responsabilidad de tomar decisiones informadas y éticas. La carne que consumimos se obtiene a menudo por medios muy distintos de la imagen de un depredador cazando en la naturaleza: está envuelta en las complejidades de la industrialización, el impacto ambiental y el bienestar animal.

Además, si tenemos en cuenta nuestra salud, la necesidad de carne en nuestra dieta no está tan clara como algunos argumentos nos quieren hacer creer. La ciencia de la nutrición ha demostrado que una dieta vegetal bien planificada puede contribuir a un estilo de vida sano y ofrecer todos los nutrientes necesarios a la mayoría de las personas.

Al reflexionar sobre la caricatura, me di cuenta de que no sólo se burlaba de un argumento superficial, sino que nos invitaba a profundizar en las consideraciones éticas que a menudo pasamos por alto. ¿Por qué nos aferramos a la analogía del depredador cuando estamos tan lejos de la vida de un león? ¿La imagen de la naturaleza en estado puro justifica las complejidades de las opciones dietéticas modernas?

El argumento incluso puede ser extendido a otras actividades naturales para los leones, como matar a las crías de las hembras para así poder aparearse con ellas. Pero claro, nadie cuerdo usaría esa realidad para justificar su propio comportamiento.

Caricaturas como la comentada sirven de catalizador para la introspección y el cuestionamiento de las narrativas convenientes, pero falsas, que tanto nos gusta construir. Me recordó que nuestras elecciones en la mesa van más allá de los instintos primarios de supervivencia. Son un reflejo de nuestros valores, nuestra comprensión de la nutrición y nuestro compromiso con el mundo que habitamos; en definitiva, de nuestra capacidad de sentir compasión por seres inocentes, y de ser consecuentes con tal compasión. Al final, no se trata de lo mucho que nos parezcamos al león, sino de alinear nuestras acciones con nuestro discurso ético.

En la dieta del león siempre hay una víctima: la presa. En la nutrición humana no tiene por qué ser así.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Ciudad de México restablece las corridas de toros, ignorando el clamor mundial por el bienestar animal

Al revocar la prohibición de las corridas de toros, Ciudad de México hace caso omiso de la creciente concienciación mundial sobre la sensibilidad animal y respalda una tradición arraigada en el sufrimiento y la explotación de los animales.

La reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de revocar la prohibición de las corridas de toros en Ciudad de México ha suscitado reacciones encontradas, marcando un momento significativo en el actual debate sobre los derechos de los animales y las tradiciones culturales. La capital, conocida por su gran plaza de toros, va a reanudar la denominada “fiesta brava”, una decisión que ha reavivado la preocupación entre los defensores de los derechos de los animales y ha complacido a los aficionados a este espectáculo.

La prohibición inicial, aplicada en junio de 2022 a raíz de una denuncia de la organización Justicia Justa, se basaba en la preocupación por la violencia y la crueldad contra los animales. Esta organización, que forma parte de un extenso movimiento mundial contra las corridas de toros, argumentó que estos eventos exponían a los residentes a un ambiente malsano. A pesar de la prohibición, las corridas de toros siguen siendo frecuentes en la mayor parte de México, aunque están prohibidas en varios estados y ciudades debido a acciones judiciales.

Jorge Gaviño, diputado del Congreso de la Ciudad de México y promotor de la lucha contra la tauromaquia, considera la decisión del tribunal un revés para los derechos de los animales. Sin embargo, se muestra optimista respecto al futuro, ya que observa un descenso de la popularidad de este deporte a medida que aumenta la concienciación pública sobre el sufrimiento de los animales. Gaviño, junto con otros grupos, tiene previsto presentar nuevos llamamientos para detener las corridas de toros.

Según Humane Society International, en las corridas de toros mueren anualmente unos 180.000 toros, y muchos más resultan heridos en actividades relacionadas. La organización destaca el prolongado sufrimiento que padecen los toros en estos eventos.

La sentencia del Tribunal Supremo, dictada por unanimidad, declaró que el demandante no había demostrado el “daño inminente e irreparable” causado por las corridas de toros. La sentencia también subraya que prohibir este deporte vulneraría los derechos de las personas implicadas en el sector.

Qué pensamos en la Sociedad Vegana

La tauromaquia es una práctica tradicional muy criticada por su crueldad y su falta de respeto al bienestar animal. El quid de la polémica radica en el trato que reciben los toros, que no sólo son sometidos a un inmenso dolor físico, sino también a estrés psicológico durante los eventos. En las corridas, los toros son provocados y atormentados, lo que conduce a una muerte lenta y agonizante que se ofrece como espectáculo. Esta forma de entretenimiento, arraigada en una época anterior a la comprensión moderna de la sensibilidad animal, ignora flagrantemente el sufrimiento infligido a estos animales. El dolor y la angustia experimentados por los toros no son meramente incidentales, sino que forman parte integral del espectáculo, que glorifica la dominación y eventual ejecución de un ser sintiente por diversión.

La decisión del Tribunal Supremo de México de anular la prohibición de las corridas de toros representa un retroceso significativo en el movimiento mundial hacia el reconocimiento y el respeto de los derechos de los animales. Esta sentencia contrasta con la creciente concienciación y reconocimiento de la sensibilidad animal y la obligación ética de evitar el sufrimiento innecesario. La continuación de las corridas de toros no sólo perpetúa el trato inhumano de los animales, sino que también socava los esfuerzos para promover la compasión y el respeto por todos los seres vivos. Es un paso atrás en un mundo cada vez más comprometido con el bienestar animal, que pone en entredicho los avances progresivos logrados en otras regiones donde tales prácticas han sido justamente condenadas y abandonadas.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Hacia una nueva era en investigación farmacéutica sin animales

“La innovadora aplicación de inteligencia artificial de IBM podría marcar el fin de las pruebas de medicamentos en animales y transformar las normas éticas de investigación”, escribe Sophie Kevany, de Sentient Media, citada por Diario TI. Al respecto, se informa que investigadores de IBM están colaborando en el desarrollo de un modelo de inteligencia artificial (IA) que se presenta como una alternativa a los ensayos con animales. Este modelo busca eliminar la necesidad de utilizar animales en pruebas de laboratorio, que frecuentemente implican sufrimiento y efectos adversos graves.

Históricamente, las pruebas de toxicidad en animales han sido criticadas por sus deficiencias éticas y la falta de medidas de alivio para los animales. En contraste, el modelo de IA desarrollado por equipos de EE.UU. y la India promete pruebas de toxicidad más precisas, aprendiendo de datos moleculares de miles de moléculas y eliminando la necesidad de experimentación continua en animales. “Según Sophie Kevany, este enfoque representa un cambio significativo en la evaluación de la seguridad de los medicamentos”.

Este modelo de IA se distingue por su metodología única, que utiliza el concepto de “positivos pertinentes” y “negativos pertinentes” para determinar con precisión la toxicidad. Shiranee Pereira, una de las desarrolladoras del proyecto, destaca que esta innovación podría eliminar la necesidad de datos derivados de animales en el futuro. Además, Kevany señala que, aunque los organismos reguladores aún recurren a los ensayos con animales, las tecnologías digitales han demostrado ser superiores en reproducibilidad y precisión.

La transición hacia métodos de ensayo sin animales también implica un cambio normativo, como señala Procter & Gamble, que aboga por una reevaluación de la legislación sobre seguridad química y registro. Larry Carbone, veterinario, reconoce el potencial del nuevo modelo pero señala que la aceptación reglamentaria aún puede depender de ciertos datos de ensayos con animales.

En conclusión, el desarrollo del modelo de IA por IBM representa un avance significativo hacia métodos de ensayo más humanos y precisos, aunque su adopción total aún enfrenta desafíos normativos y de confianza en la tecnología, escribe Sophie Kevany, citada por Diario TI.

Qué pensamos en Sociedad Vegana

La IA está emergiendo como una fuerza poderosa que podría significar el principio del fin para la crueldad contra los animales en los laboratorios. Esta transformación se apoya en varios factores clave.

Primero, la precisión y eficacia de los modelos de IA en la predicción de la toxicidad y la eficacia de los medicamentos están avanzando rápidamente. El ejemplo más reciente es la tecnología de IBM, donde el modelo de IA utiliza datos históricos de miles de moléculas para predecir la toxicidad en humanos, lo que demuestra ser más preciso que los métodos tradicionales basados en animales. Esta precisión no solo mejora la calidad de la investigación sino que también reduce la necesidad de experimentación animal.

Segundo, la adopción de tecnologías como órganos en un chip y modelos de tejidos humanos en 3D proporciona alternativas viables a la experimentación animal. Estas tecnologías replican la fisiología humana de manera más precisa que los modelos animales, lo que las hace ideales para pruebas toxicológicas y de eficacia.

Tercero, hay un cambio creciente en la actitud pública y regulatoria hacia la experimentación animal. Un estudio de 2018 realizado por la organización Cruelty Free International reveló que el 74% de los ciudadanos de la Unión Europea se oponen a los experimentos en animales. Este cambio en la opinión pública está presionando a las empresas farmacéuticas y a los reguladores para que busquen alternativas éticas.

Finalmente, los organismos reguladores están comenzando a aceptar datos de IA en sus procesos de aprobación. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) han mostrado interés en integrar enfoques basados en IA para la evaluación de medicamentos, lo que podría reducir significativamente la dependencia de la experimentación animal en el futuro.

La IA tiene el potencial no solo de mejorar la precisión y eficacia en el desarrollo de medicamentos sino también de poner fin a la crueldad contra los animales en los laboratorios. Aunque todavía estamos en las etapas iniciales de esta transición, los avances tecnológicos y el cambio en la percepción pública y regulatoria indican un futuro prometedor en el que la IA reemplace en gran medida la necesidad de experimentación animal.

Por cierto, la imagen con que ilustramos este artículo fue generada por IA (Dall-e).

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Veganismo: Una solución viable en la última sátira de Rick y Morty

El episodio comienza de manera ligera con el “Jueves de espaguetis” de la familia Smith, pero rápidamente se adentra en un terreno más sombrío cuando Morty descubre la agobiante verdad que se esconde tras los famosos espaguetis de Rick. Este descubrimiento les lleva a un planeta donde la gente se transforma en espaguetis a la boloñesa al suicidarse. Lo absurdo del planteamiento se utiliza para ahondar en la ética de la industria cárnica, planteando interrogantes sobre la moralidad del consumo de productos animales. El episodio desafía brillantemente a los espectadores a enfrentarse a la dura realidad del consumo de carne a través de una óptica de ciencia ficción. Presenta una poderosa narrativa que yuxtapone el fugaz placer gustativo de la carne frente al sufrimiento de por vida de los animales.

La temática gravita en torno a una analogía de la vida y la muerte de los seres vivos -humanos o extraterrestres- utilizados como alimento, conminando a los espectadores a considerar la existencia de cada ser viviente desde su nacimiento hasta su sacrificio. Por extensión, nos invita a imaginar la vida de un animal como un individuo con su propia historia: empezando como una cría recién nacida, que crece enfrentándose a una existencia agobiante y confinada en granjas cárnicas abarrotadas y, finalmente, sufriendo un final traumático en un matadero. Esta perspectiva nos presenta la realidad, a menudo ignorada, de cómo nuestras elecciones alimentarias repercuten en la vida de seres sintientes.

El episodio plantea dos opciones en respuesta a este dilema ético. La primera es tener presente el ciclo vital de los animales que comemos, desde sus inocentes comienzos hasta su sombrío destino.

La segunda opción es la ignorancia deliberada, en la que uno puede elegir ignorar cómo se producen los alimentos de origen animal y disfrutarlos sin conflicto ni cuestionamiento moral. Esta dicotomía ilustra crudamente la lucha entre la conciencia ética y la conveniencia de permanecer ajenos a cómo llegan algunos alimentos a nuestras mesas.

“That’s Amorte” también lleva su crítica a las estructuras sociales que facilitan y se benefician de esta desconexión ética. Satiriza el papel del capitalismo y la codicia corporativa en la perpetuación de prácticas poco éticas en la industria alimentaria. El episodio utiliza hábilmente su ambientación de ciencia ficción para reflejar cuestiones del mundo real, destacando cómo el lucro a menudo eclipsa las consideraciones morales en nuestras elecciones alimentarias.

Qué pensamos en Sociedad Vegana

El episodio “That’s Amorte” de Rick y Morty presenta una importante oportunidad para la tercera alternativa que abre el dilema ético planteado por Rick y Morty: adoptar un estilo de vida vegano. Esta elección representa un enfoque proactivo para resolver el conflicto moral y la disonancia cognitiva asociados al consumo de productos animales.

La disonancia cognitiva, en este contexto, se refiere al malestar psicológico que se experimenta cuando las acciones de uno no están en armonía con nuestras convicciones éticas. Por ejemplo, muchos están conscientes del sufrimiento infligido a los animales para la producción de carne, pero aún así siguen consumiendo productos animales. Esta incoherencia entre comprender la crueldad subyacente y participar en ella comiendo carne crea un estado de conflicto interno. Otro dilema paralelo a la disonancia cognitiva es el especismo, que también hemos abordado en estas páginas.

La alternativa vegana que proponemos elimina la disonancia cognitiva al alinear las elecciones dietéticas de cada uno con el compromiso de reducir el sufrimiento animal. Al elegir el veganismo, los individuos deciden activamente no contribuir al ciclo de dolor y explotación que soportan los animales en el sistema de producción de alimentos. Esta elección subraya una postura ética cabal, que prioriza la compasión y el respeto por todos los seres sensibles por encima de los placeres sensoriales fugaces.

Poner de relieve la naturaleza innecesaria del consumo de productos animales es fundamental en este debate. En la sociedad contemporánea, con su amplia gama de alimentos vegetales nutritivos y satisfactorios, el consumo de productos animales es más una cuestión de gusto y hábito que una necesidad nutricional. El placer momentáneo que se experimenta al comer carne palidece en comparación con la vida de sufrimiento que soporta el animal.

Hacerse vegano, por tanto, no es sólo una cuestión de preferencia dietética personal, sino una poderosa declaración contra la explotación innecesaria de los animales. Representa una decisión consciente de romper con las prácticas que causan sufrimiento innecesario a seres sensibles e inocentes, reconociendo que cada animal, como cada ser humano, tiene su propia historia vital única y merece vivirla plenamente.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Derechos animales

El interminable ciclo noruego de maltrato y negligencia hacia los animales

Una desgarradora noticia de la industria porcina de Noruega saca a la luz, una vez más, fallos sistémicos y niveles escandalosos de crueldad animal en el país nórdico.

Un nuevo caso de crueldad animal reportado el 30 de octubre por la radiotelevisión noruega NRK revela cómo un granjero de Trøndelag, en el norte de Noruega, dejó sufrir y morir en el abandono a unos 1.500 cerdos desde noviembre de 2021, poniendo nuevamente de relieve la ineptitud de la autoridad supervisora, la inacción política y la insuficiencia judicial (ver artículos relacionados).

El 9 de enero de 2023, la policía local y Mattilsynet -la Autoridad Noruega de Seguridad Alimentaria- encontraron inicialmente lo que creían eran 200 cerdos muertos en una granja. Investigaciones posteriores demostraron que la situación era mucho más grave: aproximadamente 1.500 cerdos habían muerto debido a falta de alimentación y agua, y 76 cerdos supervivientes tuvieron que ser eutanasiados debido a graves problemas de bienestar. El granjero, que admite parcialmente su culpabilidad, atribuye su negligencia a dificultades personales y financieras, como problemas de salud y deudas crecientes. Las condiciones de la granja degeneraron hasta el punto de que los cerdos empezaron a comerse unos a otros por inanición. Otros perecieron ahogados en sus propios excrementos.

Este último caso representa un nivel de sufrimiento inimaginable, agravado por la decisión del granjero de mantener ocultos estos horrores a su familia y vecinos. Aunque el caso sigue bajo escrutinio legal, sirve como sombrío recordatorio de lo que puede ocurrir cuando un granjero simplemente se desentiende de sus animales.

Ecos de incidentes pasados: El caso de Kåre Skogstad 

Casos anteriores, como el de Kåre Skogstad, resuenan en esta tragedia. Skogstad dejó a 32 vacas de su propiedad en total abandono durante meses en 2021, haciéndoles incluso ahogarse en sus propios excrementos. Lo sorprendente no fue solo la mínima condena a siete meses de prisión, sino que el juez le permitió seguir criando vacas, únicamente imponiendo una limitación al número de animales que Skogstad podría tener bajo su responsabilidad. Casos como éste dejan al descubierto la falta de vigor del sistema judicial noruego a la hora de hacer cumplir las leyes de bienestar animal, o sancionar delitos consumados, una tendencia que persiste en la actualidad.

Escollos normativos y judiciales

Lo que une estas historias es el enfoque displicente de los organismos reguladores noruegos, especialmente la autoridad alimentaria Mattilsynet. Conocido por su ineptitud, el organismo público ha fracasado repetidamente a la hora de realizar inspecciones adecuadas, si es que las ha realizado, dejando espacio para que se desencadenen estas tragedias. Tras las revelaciones del periódico Dagbladet en 2021 sobre las condiciones deficientes en las granjas porcinas, se esperaba que Mattilsynet intensificara sus inspecciones y supervisión. Lamentablemente, no ha sido así. Entre las razones argumentadas en uno de los países más ricos del mundo figura la “falta de fondos”, para poner orden en el asunto. 

Indiferencia política

Más allá de los fallos normativos y judiciales, el ámbito político noruego ha mostrado  una alarmante indiferencia. Tal postura quedó encapsulada por Olaug Bollestad, quien siendo Ministra de Agricultura declaró tras un abrumador reportaje de NRK en 2019 que revelaba las deplorables condiciones de las granjas porcinas, estar “enfadada y decepcionada”. En 2021, después de que otro documental de la NRK titulado “Promesas Incumplidas” revelara un empeoramiento de la situación, manifestó estar “verdaderamente irritada”. En enero de 2023, de regreso en el Parlamento noruego como diputada, dijo estar “increíblemente decepcionada”.

Estos cambios de humor anuales de Bollestad no tuvieron impacto tangible alguno en la situación de las granjas porcinas en Noruega. La retórica repetitiva de la entonces Ministra no hizo más que subrayar la falta de voluntad política para introducir cambios. En lugar de instigar la reforma, el gobierno parece estar en un estado de decepción inerte, permitiendo que las tragedias persistan. El bienestar animal debería ser una cuestión no partidista, y sin embargo apenas araña la superficie en los debates legislativos. La lentitud de las reformas permite la perpetuación de estas tragedias.

Conclusión

Noruega está atrapada en un ciclo paralizante de fracaso normativo, indulgencia judicial y apatía política, cada uno de los cuales refuerza al otro, haciendo que el cambio sistémico sea cada vez más difícil de alcanzar. Como ponen de manifiesto los casos recientes, la consecuencia de esta disfunción no es meramente teórica; se cuenta en vidas animales de sufrimiento absoluto, generación tras generación, siendo evidente la total quiebra de las prácticas agrícolas éticas. 

A nuestro juicio, es hora de que Noruega reevalúe y reconstruya su enfoque del bienestar animal, desde las sentencias judiciales hasta los controles reglamentarios y el compromiso político.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración: Fotografía tomada por la Policía de Noruega, y reproducida por NRK 

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Derechos animales

¿Hundirá el factor económico la despiadada industria ballenera islandesa? La historia del “Capitán Ahab” nórdico

Kristján Loftsson, el anciano propietario de la tristemente célebre empresa islandesa de caza de ballenas Hvalur, sigue encabezando la despiadada masacre de los gentiles gigantes rorcuales comunes, a pesar de las protestas de científicos y ecologistas.

Envalentonada por las lagunas de la prohibición de la caza de ballenas, Islandia sigue desafiante, permitiendo la despiadada caza de rorcuales. Sin embargo, a medida que aumenta la oposición mundial, la economía podría finalmente conseguir lo que años de protestas no han conseguido: acabar con el reinado de terror de 50 años de Kristján Loftsson contra los rorcuales comunes en peligro de extinción frente a las costas de Islandia.

Un artículo firmado por Daniel Boffey para el periódico británico The Guardian, despachado desde la capital islandesa Reikiavik,  dirige la atención hacia Kristján Loftsson, el último cazador de rorcuales comunes de Europa. El artículo ofrece una visión completa del complejo panorama que rodea la caza de ballenas en Islandia, a la vez que plantea cuestiones éticas acuciantes que no pueden pasarse por alto. A continuación, con base en el artículo de The Guardian presentamos nuestra propia perspectiva sobre las prácticas inhumanas que conlleva la caza de ballenas y la urgente necesidad de ponerle fin.

Durante más de medio siglo, Loftsson ha desafiado descaradamente no sólo los acuerdos internacionales sino también el sentimiento público y las medidas reguladoras nacionales. “Que me comparen con el capitán Ahab en Moby-Dick es un honor”, dice Loftsson, de 82 años de edad, en alusión al célebre ballenero de ficción de la novela de Herman Melville de 1851.

Islandia sigue siendo una notable excepción a la prohibición de la caza comercial de ballenas impuesta por la Comisión Ballenera Internacional, uniéndose a las filas de Japón y Noruega. A diferencia de Noruega, que caza rorcuales aliblancos -considerados poblaciones estables-, Islandia se centra en los rorcuales comunes. Esta última especie, actualmente catalogada en peligro de extinción por el WWF, ha sufrido debido a la implacable persecución de Loftsson. El controvertido cazador dirige Hvalur, la única empresa ballenera de Islandia, desde 1974, tras la muerte de su padre. Hvalur persigue insidiosamente al vulnerable rorcual común, el segundo animal más grande del mundo, que desde 2018 también figura en la Lista Roja de la UICN como especie en peligro de extinción.

La despiadada matanza de esta temporada terminó el 30 de septiembre con la muerte de 23 indefensos rorcuales comunes. La licencia actual de Hvalur, que les permite sacrificar brutalmente hasta 161 rorcuales comunes al año, expira en diciembre de este año. Mientras que la ministra de Pesca Svandis Svavarsdottir ha sugerido que ésta podría ser la última temporada ballenera de Islandia, el despiadado Loftsson sigue confiando en que estos atroces asaltos a la naturaleza continuarán. 

Las flagrantes violaciones del bienestar de los rorcuales por parte de Hvalur han sido especialmente atroces esta temporada. En mayo, se informó de que las ballenas tardaban hasta dos agonizantes horas en morir tras ser bárbaramente arponeadas por los cazadores de Hvalur. Después, el 7 de septiembre, un indefenso rorcual fue encontrado vivo y retorciéndose en agonía media hora entera después de haber sido atravesado por un arpón explosivo. Fue necesario un segundo disparo despiadado para acabar con la pobre criatura. 

El conservacionista islandés Arni Finnsson comentó a The Guardian que sin la obstinada sed de sangre de Loftsson, la caza de ballenas en Islandia habría terminado hace mucho tiempo. Las encuestas muestran que sólo el 29% de los islandeses apoyan la continuación de esta industria cruel y poco rentable que empaña la reputación de su país. Sin embargo, el envejecido ballenero no muestra signos de poner fin a su reprobable reinado de terror contra los rorcuales comunes y planea desarrollar “pastillas de carne de ballena” como una especie de depravado suplemento nutricional. 

También cabe señalar que Japón compra el 90% de la carne de ballena que vende la empresa de Loftsson. Esto no sólo es indicativo de que aún existe una importante demanda internacional de un producto éticamente controvertido, sino que también involucra a Japón en la perpetuación de un comercio que tiene importantes consecuencias medioambientales y éticas.

La desfachatez de Kristján Loftsson quedó patente cuando aceptó ser entrevistado por el periodista de The Guardian bajo la condición de que este comiera carne de ballena durante la entrevista. El reportero, con mucho tacto, rechazó la oferta, que consistía en carne cruda o grasa fermentada de ballena.

Tras más de 50 años lucrándose con la espantosa matanza de estos hermosos e inofensivos gigantes, hace tiempo que es hora de que Loftsson consigne su operación ballenera al ignominioso basurero histórico al que pertenece. Islandia debe rechazar la barbarie del cruel pasado de la caza de ballenas, seguir las pruebas científicas y la compasión, y prohibir permanentemente la futura caza de ballenas en sus aguas.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración: Imagen compuesta vía Canva. Fotografía de Kristján Loftsson, por Sigga Ella, captura de pantalla de artículo en The Guardian.