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La hipocresía del “sacrificio humanitario”: Conversación con un misántropo

En una conversación sincera y que invita a la reflexión, un autoproclamado misántropo nos hace enfrentarnos a nuestro doble estándar cuando hablamos de matar animales de forma humanitaria. 

En una conversación sincera y que invita a la reflexión, un autoproclamado misántropo nos hace enfrentarnos a nuestro doble estándar cuando hablamos de matar animales de forma humanitaria. 

Una propuesta radical para la extinción humana, planteada como un reflejo de nuestras propias prácticas hacia los animales, desvela la incómoda verdad: lo que consideramos “humano” para los animales nunca lo sería para nosotros mismos. Este contundente diálogo nos obliga a cuestionar y reevaluar nuestras actitudes frente al trato de los animales.

Recientemente conversé con un amigo que intrigantemente se identifica a sí mismo como misántropo. Aunque suele pensarse que un misántropo es alguien que alberga pensamientos violentos hacia la humanidad, mi amigo se apresuró a desmentirlo. Pese a su aparente desdén por la humanidad, es un padre cariñoso y una persona afable y sociable que no concibe causar sufrimiento a ningún ser, ya sea humano o animal.

Su autoproclamada misantropía, aclara, no tiene su origen en el odio sino en una profunda decepción. Observa que, paradójicamente, los humanos somos capaces de una gran compasión y bondad hacia los animales, estando al mismo tiempo lastrados por un especismo dominante. Esta dicotomía nos permite colmar de afecto a nuestras mascotas, mientras consumimos sin reparos animales de granja y apoyamos indirectamente un sistema que los explota y maltrata implacablemente.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue su sugerente perspectiva sobre el “sacrificio humanitario”, una idea que quisiera compartir aquí, en forma de entrevista. Nótese que algunos comentarios han sido editados para mayor claridad y brevedad.

Sociedad Vegana: ¿Tengo entendido que tienes una opinión bastante extrema sobre la existencia humana?

Misántropo: Podría decirse así. Creo que la humanidad debería extinguirse.

Sociedad Vegana: Ese es un pensamiento bastante violento.

Misántropo: No necesariamente. No abogo por la violencia. A la luz del daño que hemos causado al planeta y al peligro evidente que representamos para su sustentabilidad, creo que ha llegado la hora de extinguirnos. Para ello, propongo que los humanos sigan un protocolo similar al que hemos diseñado para el denominado ‘sacrificio humanitario’ de los animales.

Sociedad Vegana: ¿’Sacrificio humanitario’? ¿Podrías explicarlo con más detalle?

Misántropo: Ciertamente. Por ejemplo, en muchos mataderos, los animales son sometidos a métodos ‘humanitarios’ como el aturdimiento con gas o eléctrico antes de ser degollados. Sus defensores argumentan que estos métodos están diseñados para minimizar el dolor y la angustia.

Sociedad Vegana: ¿Pero sugieres que estos métodos se apliquen a los humanos?

Misántropo: Precisamente. ¿Por qué nos sentimos cómodos aplicando estos métodos a los animales, pero nos estremecemos ante la idea de aplicarlos a nosotros mismos?

Sociedad Vegana: Bueno, la idea de aplicar tales métodos a los humanos es horrorosa.

Misántropo: ¿No es también horroroso aplicar estos métodos a los animales? ¿Por qué nuestra empatía es selectiva? ¿Por qué sentimos por una especie y no por otra?

Sociedad Vegana: Hay quienes argumentarían que hay una diferencia entre los seres humanos y los animales.

Misántropo: Sí, pero ¿no es esa diferencia una cuestión de perspectiva? Hemos diseñado métodos para acabar “humanitariamente” con la vida de los animales, y sin embargo nunca consideraríamos estos métodos como humanos si nos los aplicaran a nosotros. Creo que esto ilustra la falacia del ‘sacrificio humanitario’.

Sociedad Vegana: ¿Entonces estás diciendo que la forma en que tratamos a los animales refleja nuestra propia humanidad?

Misántropo: Exactamente. Es fácil etiquetar algo como ‘humanitario’ cuando no somos los que lo sufrimos. Pero una vez que nos ponemos en la posición de los animales, el concepto de ‘sacrificio humanitario’ se desmorona rápidamente.

Sociedad Vegana: Es una perspectiva que invita a la reflexión.

Misántropo: Así debe ser. Mi deseo de extinción humana no es más que un experimento mental, un espejo levantado para reflejar la hipocresía de nuestro trato a los animales. Si no podemos imaginar un final “humanitario” para nosotros, quizá deberíamos reconsiderar la forma en que tratamos a otros seres sintientes.

Sociedad Vegana: Es un argumento muy contundente. Gracias.

Reflexionando sobre el diálogo con el misántropo y nuestra exploración previa de las angustiantes realidades del aturdimiento con CO2 en los mataderos de cerdos en el Reino Unido, se hace evidente que nuestra sociedad se encuentra en una coyuntura crítica en nuestra relación con los animales.

La propuesta radical del misántropo para una extinción humana “humanitaria” refleja los procesos que tan cómodamente hemos etiquetado como “sacrificio humanitario” para los animales. Es un duro recordatorio de que las normas que aplicamos a los animales serían impensables si se aplicaran a nosotros mismos, lo que pone de relieve la hipocresía inherente a nuestro tratamiento de los seres sensibles para la producción de alimentos.

Nuestro examen del aturdimiento por CO2, un método a menudo pregonado como “humanitario”, reveló la horrorosa realidad de los cerdos retorciéndose con evidente pavor y sufrimiento. Al yuxtaponer esta realidad a la proposición del misántropo, nos enfrentamos a la incómoda pregunta: ¿por qué consideramos que un método así es “humanitario” para los animales, pero horrible e inaceptable para los humanos? Es más, nadie siquiera sometería a sus propias mascotas a una eutanasia donde se usen los métodos “humanitarios” de los mataderos.

Esta contradicción refleja un especismo profundamente arraigado en nuestra sociedad. Trazamos líneas arbitrarias entre los humanos –y nuestras mascotas– y los animales cuya carne apetecemos, ignorando convenientemente el hecho de que, como nosotros, los animales también son seres sensibles capaces de experimentar miedo, dolor físico y sufrimiento mental. El término “sacrificio humanitario” queda así expuesto como un contrasentido, una expresión reconfortante diseñada para tranquilizar nuestra conciencia mientras perpetuamos prácticas que causan sufrimiento innecesario a seres inocentes.

Si queremos avanzar como sociedad compasiva, es esencial afrontar estas verdades incómodas y reevaluar nuestras prácticas. Es hora de ampliar nuestro círculo de empatía más allá de la especie humana (y nuestras mascotas) y considerar los derechos y el bienestar de todos los seres sensibles. El camino hacia esto puede ser complejo y un reto en sí, pero necesario si pretendemos crear un mundo que realmente valore toda la vida.  

Le recomiendo leer nuestro artículo donde abordamos específicamente el tema del especismo. Entre otras cosas, escribimos: “El especismo nos ha permitido crear un mundo en el que se matan billones de animales cada año, con decenas de miles de millones de ellos viviendo vidas abyectas y horribles. Sus cuerpos mutilados, sus sistemas reproductivos abusados y sus bebés robados. Se ignora su individualidad y su deseo de evitar el sufrimiento y, en última instancia, se les quita la vida por la fuerza. No hay una forma “humana” de matar a un ser que quiere seguir viviendo. La violencia es parte intrínseca de sus muertes”.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración: Perros felices (c) Canva. Cerdito sufriendo (c) Nettverk for Dyrs Frihet, en artículo Revelan años de abuso y violencia sistemática contra los cerdos en Noruega