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Nutrición

Una dieta basada en plantas reduce significativamente el riesgo de apnea del sueño

La incorporación de diversos alimentos vegetales en las dietas puede disminuir los síntomas de la apnea del sueño y mejorar la salud en general, según los investigadores.

Una reciente investigación ha puesto de manifiesto el importante efecto de una dieta basada en plantas en la reducción del riesgo de apnea del sueño, una afección caracterizada por la interrupción de la respiración al dormir. El estudio, realizado por el Dr. Yohannes Melaku, de la Universidad Flinders de Adelaida (Australia), y publicado en ERJ Open Research, revela que las personas que consumen una dieta rica en verduras, frutas, cereales integrales y frutos secos tienen un 19% menos de probabilidades de sufrir apnea del sueño que las que ingieren menos de estos alimentos.

La investigación también subraya la variación en la reducción del riesgo entre sexos, con los hombres experimentando un beneficio más pronunciado de una dieta basada en plantas para mitigar el riesgo de apnea del sueño. En la apnea del sueño, relacionada con diversos problemas de salud como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y la depresión, influyen factores como la obesidad, los hábitos de vida y atributos físicos como la circunferencia del cuello. Esta afección, que se calcula que afecta a 1.000 millones de personas en todo el mundo, suele requerir pérdida de peso y ajustes del estilo de vida para su tratamiento.

El estudio, que analizó los datos de 14.210 participantes en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de EE.UU., clasificó la ingesta alimentaria en alimentos vegetales sanos, alimentos vegetales menos sanos y alimentos de origen animal. Los hábitos alimentarios de los participantes se evaluaron junto con un cuestionario para valorar la probabilidad de padecer apnea del sueño.

El Dr. Melaku destacó el papel crucial de la calidad de la dieta en la gestión del riesgo de apnea del sueño, señalando los beneficios potenciales de los alimentos antiinflamatorios y ricos en antioxidantes para reducir factores como la inflamación y la obesidad, que contribuyen a esta afección. Los resultados abogan por intervenciones dietéticas personalizadas para atender las necesidades individuales de quienes padecen apnea obstructiva del sueño.

La profesora Sophia Schiza, de la Sociedad Respiratoria Europea, subrayó la importancia de incorporar a la dieta una gama variada de verduras, frutas y cereales integrales. Hizo un llamamiento para que las opciones dietéticas saludables estén al alcance de todos, subrayando los amplios beneficios para la salud de tales hábitos nutricionales.

Ilustración: Canva

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Derechos animales

El hedor de un barco brasileño de transporte de ganado suscita alarma en Sudáfrica

El nauseabundo olor detectado en Ciudad del Cabo procedente de un buque brasileño de ganado ha suscitado importantes dudas sobre las prácticas de transporte de animales vivos.

Los habitantes de Ciudad del Cabo experimentaron durante el fin de semana un olor penetrante y desagradable, descrito como “amoníaco puro” que acabó siendo atribuido a un buque de exportación de ganado vivo atracado en el puerto. Este buque, que transporta 19.000 reses de Brasil a Irak, dio lugar a una amplia investigación por parte de las autoridades locales. Los esfuerzos iniciales apuntaron a posibles fugas del sistema de alcantarillado, lo que llevó a la activación de un dispositivo de salud medioambiental. Finalmente, las investigaciones señalaron al barco Al Kuwait como fuente del olor.

Las organizaciones de defensa de los animales han destacado este incidente como un claro indicio de las extremas condiciones que soportan los animales en este tipo de viajes. El Consejo Nacional de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (SPCA) de Cabo de Buena Esperanza, ha expresado su vehemente oposición al transporte marítimo de animales vivos. Por ello, envió un consultor veterinario para evaluar el bienestar del ganado a bordo del Al Kuwait, buque ganadero de bandera kuwaití. Las conclusiones de la SPCA revelaron importantes problemas de bienestar, como la acumulación de heces y amoníaco, que contribuyen a crear un entorno muy angustioso para los animales. “Este olor es indicativo de las terribles condiciones que soportan los animales, que ya han pasado dos semanas y media a bordo, con acumulación de heces y amoníaco. El hedor a bordo es inimaginable, pero los animales se enfrentan a ello todos los días”, declaró la NSPCA en un comunicado. Las impactantes fotografías que ilustran esta nota ponen de relieve la situación en el barco.

La angustiosa situación de Ciudad del Cabo no es un incidente aislado. Recientemente, un buque que transportaba más de 16.000 cabezas de ganado vacuno y ovino a Oriente Medio estuvo varado en el mar durante casi un mes. El gobierno australiano denegó posteriormente una solicitud de reexportación de los animales por una ruta alternativa, alegando preocupación por su salud y bienestar.

Este incidente nos trae a la memoria la terrible experiencia de los terneros a bordo del Elbeik, que cubrimos extensamente hace tres años (ver artículos de referencia). Fue  una saga que pone de manifiesto la profunda inhumanidad inherente al comercio de exportación de animales vivos. El viaje del Elbeik, que terminó en Cartagena, España, reveló una cruda realidad: muchos animales no sobrevivieron al viaje, y los que lo hicieron soportaron un sufrimiento inimaginable, solo para ser sacrificados y sus cuerpos incinerados.  

El caso del Elbeik, en el que los terneros fueron hacinados en condiciones de suciedad y hacinamiento, sufriendo deshidratación, desnutrición y enfermedades, ofrece una imagen vívida de una industria que opera a expensas de seres sensibles. La gestión inepta, insensible e ignorante de la situación por parte de las autoridades españolas, agravada por sus intentos de ofuscar y desviar responsabilidades, pone aún más de relieve los fallos sistémicos que permiten que se produzcan tales atrocidades.

El comercio de animales vivos, ejemplificado por los viajes del Al Kuwait de Brasil a Irak y el trágico viaje del Elbeik, de España a Turquía, constituyen un crudo testimonio de la inhumanidad inherente a tales prácticas. Estos incidentes no sólo revelan el tormento físico y emocional infligido a estos animales, sino que también reflejan un fracaso ético generalizado a la hora de reconocer y proteger su bienestar. Es imperativo que la comunidad internacional, incluidos los organismos reguladores y los gobiernos, tomen medidas decisivas para poner fin al transporte a larga distancia de animales vivos. Debemos avanzar hacia un mundo en el que ya no se tolere semejante crueldad.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Todas las fotografías (c) SPCA Cabo de Buena Esperanza



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Derechos animales

Algunas reflexiones sobre la comparación entre humanos y carnívoros

Es tentador desentrañar la lógica de quienes se comparan con depredadores salvajes para justificar sus elecciones dietéticas.

Luego de sonreír al ver una caricatura que se burlaba de la analogía entre el consumo humano de carne y los instintos naturales de un león, tuve una reflexión. El dibujo, que mostraba a un hombre declarando su naturaleza carnívora, comparándose con un león, mientras tomaba un café con leche -un comportamiento poco característico del león con el que se compara-, me hizo reflexionar sobre las falacias que a veces utilizamos para justificar nuestras preferencias alimentarias.

Con el satírico dibujo como base, consideré los argumentos subyacentes que a menudo no se cuestionan en nuestro discurso sobre el consumo de carne. La comparación de nuestros hábitos alimentarios con los de un león es un paralelismo tentador, porque implica arroparnos con “la intención de la naturaleza”. Sin embargo, esta lógica es fundamentalmente errónea.

Ilustración: vegansidekick.com

La naturaleza no se rige por los mismos marcos morales y éticos que guían a las sociedades humanas. Un león caza por necesidad, obligado por los instintos que rigen su supervivencia. No sopesa las implicaciones éticas de su dieta, simplemente come para vivir. En cambio, los humanos tenemos la capacidad única de reflexionar sobre nuestros actos y sus repercusiones. No nos regimos únicamente por la supervivencia, sino por la conciencia, la cultura y la elección.

La falsa equivalencia que se establece entre nosotros y los depredadores salvajes pasa por alto esta divergencia crítica. Nuestras elecciones alimentarias no se limitan al imperativo de la supervivencia. Tenemos el privilegio de acceder a una plétora de fuentes nutricionales, y este privilegio conlleva la responsabilidad de tomar decisiones informadas y éticas. La carne que consumimos se obtiene a menudo por medios muy distintos de la imagen de un depredador cazando en la naturaleza: está envuelta en las complejidades de la industrialización, el impacto ambiental y el bienestar animal.

Además, si tenemos en cuenta nuestra salud, la necesidad de carne en nuestra dieta no está tan clara como algunos argumentos nos quieren hacer creer. La ciencia de la nutrición ha demostrado que una dieta vegetal bien planificada puede contribuir a un estilo de vida sano y ofrecer todos los nutrientes necesarios a la mayoría de las personas.

Al reflexionar sobre la caricatura, me di cuenta de que no sólo se burlaba de un argumento superficial, sino que nos invitaba a profundizar en las consideraciones éticas que a menudo pasamos por alto. ¿Por qué nos aferramos a la analogía del depredador cuando estamos tan lejos de la vida de un león? ¿La imagen de la naturaleza en estado puro justifica las complejidades de las opciones dietéticas modernas?

El argumento incluso puede ser extendido a otras actividades naturales para los leones, como matar a las crías de las hembras para así poder aparearse con ellas. Pero claro, nadie cuerdo usaría esa realidad para justificar su propio comportamiento.

Caricaturas como la comentada sirven de catalizador para la introspección y el cuestionamiento de las narrativas convenientes, pero falsas, que tanto nos gusta construir. Me recordó que nuestras elecciones en la mesa van más allá de los instintos primarios de supervivencia. Son un reflejo de nuestros valores, nuestra comprensión de la nutrición y nuestro compromiso con el mundo que habitamos; en definitiva, de nuestra capacidad de sentir compasión por seres inocentes, y de ser consecuentes con tal compasión. Al final, no se trata de lo mucho que nos parezcamos al león, sino de alinear nuestras acciones con nuestro discurso ético.

En la dieta del león siempre hay una víctima: la presa. En la nutrición humana no tiene por qué ser así.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Derechos animales

Ciudad de México restablece las corridas de toros, ignorando el clamor mundial por el bienestar animal

Al revocar la prohibición de las corridas de toros, Ciudad de México hace caso omiso de la creciente concienciación mundial sobre la sensibilidad animal y respalda una tradición arraigada en el sufrimiento y la explotación de los animales.

La reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de revocar la prohibición de las corridas de toros en Ciudad de México ha suscitado reacciones encontradas, marcando un momento significativo en el actual debate sobre los derechos de los animales y las tradiciones culturales. La capital, conocida por su gran plaza de toros, va a reanudar la denominada “fiesta brava”, una decisión que ha reavivado la preocupación entre los defensores de los derechos de los animales y ha complacido a los aficionados a este espectáculo.

La prohibición inicial, aplicada en junio de 2022 a raíz de una denuncia de la organización Justicia Justa, se basaba en la preocupación por la violencia y la crueldad contra los animales. Esta organización, que forma parte de un extenso movimiento mundial contra las corridas de toros, argumentó que estos eventos exponían a los residentes a un ambiente malsano. A pesar de la prohibición, las corridas de toros siguen siendo frecuentes en la mayor parte de México, aunque están prohibidas en varios estados y ciudades debido a acciones judiciales.

Jorge Gaviño, diputado del Congreso de la Ciudad de México y promotor de la lucha contra la tauromaquia, considera la decisión del tribunal un revés para los derechos de los animales. Sin embargo, se muestra optimista respecto al futuro, ya que observa un descenso de la popularidad de este deporte a medida que aumenta la concienciación pública sobre el sufrimiento de los animales. Gaviño, junto con otros grupos, tiene previsto presentar nuevos llamamientos para detener las corridas de toros.

Según Humane Society International, en las corridas de toros mueren anualmente unos 180.000 toros, y muchos más resultan heridos en actividades relacionadas. La organización destaca el prolongado sufrimiento que padecen los toros en estos eventos.

La sentencia del Tribunal Supremo, dictada por unanimidad, declaró que el demandante no había demostrado el “daño inminente e irreparable” causado por las corridas de toros. La sentencia también subraya que prohibir este deporte vulneraría los derechos de las personas implicadas en el sector.

Qué pensamos en la Sociedad Vegana

La tauromaquia es una práctica tradicional muy criticada por su crueldad y su falta de respeto al bienestar animal. El quid de la polémica radica en el trato que reciben los toros, que no sólo son sometidos a un inmenso dolor físico, sino también a estrés psicológico durante los eventos. En las corridas, los toros son provocados y atormentados, lo que conduce a una muerte lenta y agonizante que se ofrece como espectáculo. Esta forma de entretenimiento, arraigada en una época anterior a la comprensión moderna de la sensibilidad animal, ignora flagrantemente el sufrimiento infligido a estos animales. El dolor y la angustia experimentados por los toros no son meramente incidentales, sino que forman parte integral del espectáculo, que glorifica la dominación y eventual ejecución de un ser sintiente por diversión.

La decisión del Tribunal Supremo de México de anular la prohibición de las corridas de toros representa un retroceso significativo en el movimiento mundial hacia el reconocimiento y el respeto de los derechos de los animales. Esta sentencia contrasta con la creciente concienciación y reconocimiento de la sensibilidad animal y la obligación ética de evitar el sufrimiento innecesario. La continuación de las corridas de toros no sólo perpetúa el trato inhumano de los animales, sino que también socava los esfuerzos para promover la compasión y el respeto por todos los seres vivos. Es un paso atrás en un mundo cada vez más comprometido con el bienestar animal, que pone en entredicho los avances progresivos logrados en otras regiones donde tales prácticas han sido justamente condenadas y abandonadas.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Nutrición

¿Será 2024 un año de cambio en materia de derechos de los animales y carnes alternativas?

2024 podría propiciar avances prometedores en el ámbito de los derechos de los animales y la tecnología alimentaria. Estos avances no son meros pasos, sino saltos cualitativos hacia un futuro en el que el trato ético de los animales esté profundamente arraigado en nuestra sociedad.

A medida que se acerca 2024, crece la esperanza de que el nuevo año marque un avance significativo en el bienestar animal. Avances recientes, como los mencionados en este artículo, indican un cambio positivo hacia un trato más ético de los animales. No se trata sólo de cambios graduales, sino de transformaciones que reflejan una mayor concienciación sobre los derechos y el bienestar de los animales.

La llegada de la carne sin sacrificio animal

Winston Churchill, conocido entre otras cosas por sus ideas visionarias, hizo una predicción clarividente sobre el futuro de la producción de alimentos en su ensayo de 1931 titulado “Dentro de cincuenta años”, donde especulaba sobre los avances tecnológicos y su posible impacto en la sociedad. Una de sus predicciones se refería al cultivo de la carne: “Nos libraremos del absurdo de cultivar un pollo entero para comernos la pechuga o el ala, cultivando estas partes por separado en un medio adecuado”.

Con ello, Churchill previó la posibilidad de cultivar tejidos animales en un entorno de laboratorio, prediciendo esencialmente el concepto moderno de carne cultivada en laboratorio. Esta idea, concebida hace décadas, anticipó un cambio significativo en la producción de alimentos, alejándose de la ganadería tradicional y adoptando métodos más sostenibles y éticos de producción de carne.

Casi un siglo después de la previsión de Winston Churchill sobre el cultivo de carne, empresas como Upside Foods y GOOD Meat están haciendo realidad esta visión. La aprobación de los productos de pollo cultivado con células por el Departamento de Agricultura de EE.UU. supone un paso revolucionario en la búsqueda de alternativas sostenibles y éticas a la carne convencional. Estos avances en la agricultura celular podrían transformar nuestra forma de concebir la producción de carne, ofreciendo la esperanza de un futuro libre de la crueldad de la ganadería industrial.

Cambios globales en la política alimentaria

La creciente inversión de los gobiernos de todo el mundo en iniciativas alimentarias basadas en plantas es un prometedor indicador del cambio de actitud hacia la producción sostenible de alimentos. La importante inversión de Dinamarca en el desarrollo de la alimentación vegetal, junto con iniciativas similares en Corea del Sur, Alemania, Canadá y la región española de Cataluña, refleja un creciente reconocimiento de la necesidad de transformar nuestros sistemas alimentarios. Este cambio no sólo es crucial para el bienestar de los animales, sino también vital para hacer frente a los desafíos climáticos globales.

Proposición 12: un hito legislativo

En 2019, los estadounidenses de California dieron un paso decisivo al aprobar la Proposición 12, que obliga a que los huevos, la carne de cerdo y de ternera que se vendan en el estado procedan de animales criados en condiciones más humanas, esencialmente libres de jaulas. Fue una victoria notable para el bienestar de los animales de granja, que afectó a una parte sustancial del suministro de carne y huevos de Estados Unidos. La reciente decisión del Tribunal Supremo de respaldar esta ley en una ajustada votación de 5 a 4 significa una protección histórica para millones de animales, garantizando su libertad de los confines de las jaulas hacinadas.

Reflexión personal

Después de más de una década como vegano, la idea de consumir cualquier forma de proteína animal, incluida la carne cultivada en laboratorios, me resulta completamente ajena. Mi preferencia por las opciones basadas en plantas ha ido creciendo con los años. Aún disfruto con platos como las hamburguesas, las pizzas e incluso las salchichas. Pero darse este gusto no busca reproducir el sabor y la sensación de la carne. Lo que me atrae es el formato. Hay algo intrínsecamente agradable en la experiencia de comer una hamburguesa, la combinación de texturas y sabores en un alimento que se puede sostener con la mano. Lo mismo ocurre con la pizza o los hot dogs: no se trata de imitar a la carne, sino de disfrutar de su familiar formato. Lo mismo, pero veganizado. Para mí, las alternativas vegetales proporcionan toda la satisfacción sin concesiones éticas. Aquí es donde la carne cultivada en laboratorio entra en juego para la mayoría. Representa una solución perfecta para quienes disfrutan del sabor de la carne pero son cada vez más conscientes de sus implicaciones no solo éticas, sino también medioambientales. Consumir carne cultivada en laboratorio eliminará una dimensión fundamental del consumo tradicional de carne: que hay una víctima implicada, el animal. Para quienes la comen, es solo un momento de placer sensorial; para el animal, es toda su vida. Esta nueva tecnología permite a los amantes de la carne disfrutar de sus sabores y texturas preferidos, al tiempo que se adhieren a un estilo de vida más compasivo y sostenible.

En este contexto, también es propio reconocer el potencial de las proteínas animales cultivadas en laboratoriocomo solución para la alimentación de mascotas. Así, esta innovación ofrecerá una solución práctica al dilema ético al que se enfrentan los veganos que tienen mascotas como perros y gatos, que obviamente necesitan proteínas animales. Indudablemente, al comienzo estas carnes cultivadas serán costosas y, por lo mismo, prohibitivas como alimento para perros y gatos, pero en la medida que se masifique la producción, ocurrirá lo mismo que con todas las innovaciones tecnológicas: su precio será asequible.

También hay retrocesos, jurídicos y políticos, como lo que vimos este año en mi país, Chile, donde el gobierno decidió arropar a la industria láctea, menoscabando de paso la innovación en tecnología alimentaria. Sin embargo, los avances globales de los últimos años, especialmente lo que vemos venir para 2024, denotan sólo el principio. Estamos en el camino hacia un futuro más ético y sostenible, y cada paso que damos, ya sea a través de acciones legales, innovación tecnológica o elecciones personales, nos acerca más a ese objetivo. Sigamos avanzando, explorando nuevas posibilidades y creando un mundo más justo para todos los seres.

A propósito de lo anterior, y como es habitual por estas fechas, les invito a considerar su participación en Veganuary, un movimiento mundial que anima a las personas a probar el veganismo durante el mes de enero y, en lo posible, en adelante. Esta iniciativa busca promover y educar sobre esta perspectiva y estilo de vida, haciendo hincapié en sus beneficios para la salud, los animales y el medio ambiente. Veganuary es algo más que un reto de un mes; es una oportunidad para explorar un estilo de vida compasivo y sostenible, y tal vez, encontrar un nuev estilo de vida que resuene con los valores compasivos y éticos de la mayoría.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración vía Dall-e

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Derechos animales

Hacia una nueva era en investigación farmacéutica sin animales

“La innovadora aplicación de inteligencia artificial de IBM podría marcar el fin de las pruebas de medicamentos en animales y transformar las normas éticas de investigación”, escribe Sophie Kevany, de Sentient Media, citada por Diario TI. Al respecto, se informa que investigadores de IBM están colaborando en el desarrollo de un modelo de inteligencia artificial (IA) que se presenta como una alternativa a los ensayos con animales. Este modelo busca eliminar la necesidad de utilizar animales en pruebas de laboratorio, que frecuentemente implican sufrimiento y efectos adversos graves.

Históricamente, las pruebas de toxicidad en animales han sido criticadas por sus deficiencias éticas y la falta de medidas de alivio para los animales. En contraste, el modelo de IA desarrollado por equipos de EE.UU. y la India promete pruebas de toxicidad más precisas, aprendiendo de datos moleculares de miles de moléculas y eliminando la necesidad de experimentación continua en animales. “Según Sophie Kevany, este enfoque representa un cambio significativo en la evaluación de la seguridad de los medicamentos”.

Este modelo de IA se distingue por su metodología única, que utiliza el concepto de “positivos pertinentes” y “negativos pertinentes” para determinar con precisión la toxicidad. Shiranee Pereira, una de las desarrolladoras del proyecto, destaca que esta innovación podría eliminar la necesidad de datos derivados de animales en el futuro. Además, Kevany señala que, aunque los organismos reguladores aún recurren a los ensayos con animales, las tecnologías digitales han demostrado ser superiores en reproducibilidad y precisión.

La transición hacia métodos de ensayo sin animales también implica un cambio normativo, como señala Procter & Gamble, que aboga por una reevaluación de la legislación sobre seguridad química y registro. Larry Carbone, veterinario, reconoce el potencial del nuevo modelo pero señala que la aceptación reglamentaria aún puede depender de ciertos datos de ensayos con animales.

En conclusión, el desarrollo del modelo de IA por IBM representa un avance significativo hacia métodos de ensayo más humanos y precisos, aunque su adopción total aún enfrenta desafíos normativos y de confianza en la tecnología, escribe Sophie Kevany, citada por Diario TI.

Qué pensamos en Sociedad Vegana

La IA está emergiendo como una fuerza poderosa que podría significar el principio del fin para la crueldad contra los animales en los laboratorios. Esta transformación se apoya en varios factores clave.

Primero, la precisión y eficacia de los modelos de IA en la predicción de la toxicidad y la eficacia de los medicamentos están avanzando rápidamente. El ejemplo más reciente es la tecnología de IBM, donde el modelo de IA utiliza datos históricos de miles de moléculas para predecir la toxicidad en humanos, lo que demuestra ser más preciso que los métodos tradicionales basados en animales. Esta precisión no solo mejora la calidad de la investigación sino que también reduce la necesidad de experimentación animal.

Segundo, la adopción de tecnologías como órganos en un chip y modelos de tejidos humanos en 3D proporciona alternativas viables a la experimentación animal. Estas tecnologías replican la fisiología humana de manera más precisa que los modelos animales, lo que las hace ideales para pruebas toxicológicas y de eficacia.

Tercero, hay un cambio creciente en la actitud pública y regulatoria hacia la experimentación animal. Un estudio de 2018 realizado por la organización Cruelty Free International reveló que el 74% de los ciudadanos de la Unión Europea se oponen a los experimentos en animales. Este cambio en la opinión pública está presionando a las empresas farmacéuticas y a los reguladores para que busquen alternativas éticas.

Finalmente, los organismos reguladores están comenzando a aceptar datos de IA en sus procesos de aprobación. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) han mostrado interés en integrar enfoques basados en IA para la evaluación de medicamentos, lo que podría reducir significativamente la dependencia de la experimentación animal en el futuro.

La IA tiene el potencial no solo de mejorar la precisión y eficacia en el desarrollo de medicamentos sino también de poner fin a la crueldad contra los animales en los laboratorios. Aunque todavía estamos en las etapas iniciales de esta transición, los avances tecnológicos y el cambio en la percepción pública y regulatoria indican un futuro prometedor en el que la IA reemplace en gran medida la necesidad de experimentación animal.

Por cierto, la imagen con que ilustramos este artículo fue generada por IA (Dall-e).

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Derechos animales

Veganismo: Una solución viable en la última sátira de Rick y Morty

El episodio comienza de manera ligera con el “Jueves de espaguetis” de la familia Smith, pero rápidamente se adentra en un terreno más sombrío cuando Morty descubre la agobiante verdad que se esconde tras los famosos espaguetis de Rick. Este descubrimiento les lleva a un planeta donde la gente se transforma en espaguetis a la boloñesa al suicidarse. Lo absurdo del planteamiento se utiliza para ahondar en la ética de la industria cárnica, planteando interrogantes sobre la moralidad del consumo de productos animales. El episodio desafía brillantemente a los espectadores a enfrentarse a la dura realidad del consumo de carne a través de una óptica de ciencia ficción. Presenta una poderosa narrativa que yuxtapone el fugaz placer gustativo de la carne frente al sufrimiento de por vida de los animales.

La temática gravita en torno a una analogía de la vida y la muerte de los seres vivos -humanos o extraterrestres- utilizados como alimento, conminando a los espectadores a considerar la existencia de cada ser viviente desde su nacimiento hasta su sacrificio. Por extensión, nos invita a imaginar la vida de un animal como un individuo con su propia historia: empezando como una cría recién nacida, que crece enfrentándose a una existencia agobiante y confinada en granjas cárnicas abarrotadas y, finalmente, sufriendo un final traumático en un matadero. Esta perspectiva nos presenta la realidad, a menudo ignorada, de cómo nuestras elecciones alimentarias repercuten en la vida de seres sintientes.

El episodio plantea dos opciones en respuesta a este dilema ético. La primera es tener presente el ciclo vital de los animales que comemos, desde sus inocentes comienzos hasta su sombrío destino.

La segunda opción es la ignorancia deliberada, en la que uno puede elegir ignorar cómo se producen los alimentos de origen animal y disfrutarlos sin conflicto ni cuestionamiento moral. Esta dicotomía ilustra crudamente la lucha entre la conciencia ética y la conveniencia de permanecer ajenos a cómo llegan algunos alimentos a nuestras mesas.

“That’s Amorte” también lleva su crítica a las estructuras sociales que facilitan y se benefician de esta desconexión ética. Satiriza el papel del capitalismo y la codicia corporativa en la perpetuación de prácticas poco éticas en la industria alimentaria. El episodio utiliza hábilmente su ambientación de ciencia ficción para reflejar cuestiones del mundo real, destacando cómo el lucro a menudo eclipsa las consideraciones morales en nuestras elecciones alimentarias.

Qué pensamos en Sociedad Vegana

El episodio “That’s Amorte” de Rick y Morty presenta una importante oportunidad para la tercera alternativa que abre el dilema ético planteado por Rick y Morty: adoptar un estilo de vida vegano. Esta elección representa un enfoque proactivo para resolver el conflicto moral y la disonancia cognitiva asociados al consumo de productos animales.

La disonancia cognitiva, en este contexto, se refiere al malestar psicológico que se experimenta cuando las acciones de uno no están en armonía con nuestras convicciones éticas. Por ejemplo, muchos están conscientes del sufrimiento infligido a los animales para la producción de carne, pero aún así siguen consumiendo productos animales. Esta incoherencia entre comprender la crueldad subyacente y participar en ella comiendo carne crea un estado de conflicto interno. Otro dilema paralelo a la disonancia cognitiva es el especismo, que también hemos abordado en estas páginas.

La alternativa vegana que proponemos elimina la disonancia cognitiva al alinear las elecciones dietéticas de cada uno con el compromiso de reducir el sufrimiento animal. Al elegir el veganismo, los individuos deciden activamente no contribuir al ciclo de dolor y explotación que soportan los animales en el sistema de producción de alimentos. Esta elección subraya una postura ética cabal, que prioriza la compasión y el respeto por todos los seres sensibles por encima de los placeres sensoriales fugaces.

Poner de relieve la naturaleza innecesaria del consumo de productos animales es fundamental en este debate. En la sociedad contemporánea, con su amplia gama de alimentos vegetales nutritivos y satisfactorios, el consumo de productos animales es más una cuestión de gusto y hábito que una necesidad nutricional. El placer momentáneo que se experimenta al comer carne palidece en comparación con la vida de sufrimiento que soporta el animal.

Hacerse vegano, por tanto, no es sólo una cuestión de preferencia dietética personal, sino una poderosa declaración contra la explotación innecesaria de los animales. Representa una decisión consciente de romper con las prácticas que causan sufrimiento innecesario a seres sensibles e inocentes, reconociendo que cada animal, como cada ser humano, tiene su propia historia vital única y merece vivirla plenamente.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Nuestro planeta

La industria cárnica planea maquillarse de verde en la Cop28

The Guardian ha informado sobre los planes de la industria de la carne para presentar una narrativa pro-cárnica en la próxima conferencia climática COP28. Enfrentada a las críticas por sus importantes emisiones de gases de efecto invernadero, la industria pretende presentar la carne como un “alimento sostenible”. Esta iniciativa está siendo liderada por grandes empresas como JBS y grupos influyentes como la Global Dairy Platform y el North American Meat Institute.

Los documentos de la Alianza Mundial de la Carne (GMA), filtrados a The Guardian, revelan un esfuerzo concertado para promover la perspectiva de la industria respecto al impacto medioambiental. Estos documentos sugieren que la industria está tratando de desafiar las opiniones predominantes sobre el daño medioambiental causado por la producción de carne y lácteos, en particular haciendo hincapié en lo que denomina “el papel de la carne en el mantenimiento de suelos sanos a través de la agricultura regenerativa”, a pesar del escepticismo científico sobre su eficacia a largo plazo en el almacenamiento de carbono.

Esto significa que la industria cárnica se está preparando estratégicamente para contrarrestar la narrativa de que reducir el consumo de carne es esencial para los objetivos del cambio climático. Planean utilizar su presencia en la COP28 para influir en los debates y en los responsables políticos, aprovechando las oportunidades de patrocinio que ofrece la conferencia y desplegando mensajes clave. Este enfoque incluye presentar las dietas basadas en plantas como extremas y presionar para que se incluya la carne en los debates sobre seguridad alimentaria y nutrición.

Existe una discrepancia significativa entre los niveles de consumo de carne en las distintas regiones, con los europeos y los norteamericanos consumiendo mucho más que la media mundial. La argumentación de la industria también pasa por alto el hecho de que las cuestiones relacionadas con el hambre y la malnutrición suelen estar motivadas por problemas de acceso a los alimentos y de distribución, más que de producción.

Además, la influencia de la industria se extiende a la política gubernamental, con grandes cantidades de dinero público que apoyan a los ganaderos de carne y productos lácteos frente a las fuentes alternativas de proteínas. Esta cómoda relación entre los gobiernos y la industria suscita dudas sobre la eficacia de las intervenciones del lado de la demanda para reducir el consumo de carne.

Los esfuerzos de la GMA forman parte de una tendencia más amplia en la que las grandes partes interesadas a menudo eclipsan las voces de los pequeños agricultores y ganaderos en los debates sobre el clima. A pesar de realizar una importante contribución a la producción mundial de alimentos, estos grupos reciben una mínima parte de la financiación climática y de la representación en los foros mundiales.

Ilustración: Sociedad Vegana vía Midjourney

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Derechos animales

El interminable ciclo noruego de maltrato y negligencia hacia los animales

Una desgarradora noticia de la industria porcina de Noruega saca a la luz, una vez más, fallos sistémicos y niveles escandalosos de crueldad animal en el país nórdico.

Un nuevo caso de crueldad animal reportado el 30 de octubre por la radiotelevisión noruega NRK revela cómo un granjero de Trøndelag, en el norte de Noruega, dejó sufrir y morir en el abandono a unos 1.500 cerdos desde noviembre de 2021, poniendo nuevamente de relieve la ineptitud de la autoridad supervisora, la inacción política y la insuficiencia judicial (ver artículos relacionados).

El 9 de enero de 2023, la policía local y Mattilsynet -la Autoridad Noruega de Seguridad Alimentaria- encontraron inicialmente lo que creían eran 200 cerdos muertos en una granja. Investigaciones posteriores demostraron que la situación era mucho más grave: aproximadamente 1.500 cerdos habían muerto debido a falta de alimentación y agua, y 76 cerdos supervivientes tuvieron que ser eutanasiados debido a graves problemas de bienestar. El granjero, que admite parcialmente su culpabilidad, atribuye su negligencia a dificultades personales y financieras, como problemas de salud y deudas crecientes. Las condiciones de la granja degeneraron hasta el punto de que los cerdos empezaron a comerse unos a otros por inanición. Otros perecieron ahogados en sus propios excrementos.

Este último caso representa un nivel de sufrimiento inimaginable, agravado por la decisión del granjero de mantener ocultos estos horrores a su familia y vecinos. Aunque el caso sigue bajo escrutinio legal, sirve como sombrío recordatorio de lo que puede ocurrir cuando un granjero simplemente se desentiende de sus animales.

Ecos de incidentes pasados: El caso de Kåre Skogstad 

Casos anteriores, como el de Kåre Skogstad, resuenan en esta tragedia. Skogstad dejó a 32 vacas de su propiedad en total abandono durante meses en 2021, haciéndoles incluso ahogarse en sus propios excrementos. Lo sorprendente no fue solo la mínima condena a siete meses de prisión, sino que el juez le permitió seguir criando vacas, únicamente imponiendo una limitación al número de animales que Skogstad podría tener bajo su responsabilidad. Casos como éste dejan al descubierto la falta de vigor del sistema judicial noruego a la hora de hacer cumplir las leyes de bienestar animal, o sancionar delitos consumados, una tendencia que persiste en la actualidad.

Escollos normativos y judiciales

Lo que une estas historias es el enfoque displicente de los organismos reguladores noruegos, especialmente la autoridad alimentaria Mattilsynet. Conocido por su ineptitud, el organismo público ha fracasado repetidamente a la hora de realizar inspecciones adecuadas, si es que las ha realizado, dejando espacio para que se desencadenen estas tragedias. Tras las revelaciones del periódico Dagbladet en 2021 sobre las condiciones deficientes en las granjas porcinas, se esperaba que Mattilsynet intensificara sus inspecciones y supervisión. Lamentablemente, no ha sido así. Entre las razones argumentadas en uno de los países más ricos del mundo figura la “falta de fondos”, para poner orden en el asunto. 

Indiferencia política

Más allá de los fallos normativos y judiciales, el ámbito político noruego ha mostrado  una alarmante indiferencia. Tal postura quedó encapsulada por Olaug Bollestad, quien siendo Ministra de Agricultura declaró tras un abrumador reportaje de NRK en 2019 que revelaba las deplorables condiciones de las granjas porcinas, estar “enfadada y decepcionada”. En 2021, después de que otro documental de la NRK titulado “Promesas Incumplidas” revelara un empeoramiento de la situación, manifestó estar “verdaderamente irritada”. En enero de 2023, de regreso en el Parlamento noruego como diputada, dijo estar “increíblemente decepcionada”.

Estos cambios de humor anuales de Bollestad no tuvieron impacto tangible alguno en la situación de las granjas porcinas en Noruega. La retórica repetitiva de la entonces Ministra no hizo más que subrayar la falta de voluntad política para introducir cambios. En lugar de instigar la reforma, el gobierno parece estar en un estado de decepción inerte, permitiendo que las tragedias persistan. El bienestar animal debería ser una cuestión no partidista, y sin embargo apenas araña la superficie en los debates legislativos. La lentitud de las reformas permite la perpetuación de estas tragedias.

Conclusión

Noruega está atrapada en un ciclo paralizante de fracaso normativo, indulgencia judicial y apatía política, cada uno de los cuales refuerza al otro, haciendo que el cambio sistémico sea cada vez más difícil de alcanzar. Como ponen de manifiesto los casos recientes, la consecuencia de esta disfunción no es meramente teórica; se cuenta en vidas animales de sufrimiento absoluto, generación tras generación, siendo evidente la total quiebra de las prácticas agrícolas éticas. 

A nuestro juicio, es hora de que Noruega reevalúe y reconstruya su enfoque del bienestar animal, desde las sentencias judiciales hasta los controles reglamentarios y el compromiso político.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración: Fotografía tomada por la Policía de Noruega, y reproducida por NRK 

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El lobby de la carne vende propaganda disfrazada de ciencia

Los retrocesos en la política de la UE sobre la carne, y el congelamiento de iniciativas a favor de la alimentación basada en plantas,  demuestran el poder de los grupos de presión de la industria.

The Guardian publica el 27 de octubre un extenso artículo relacionado con  la denominada Dublin Declaration of Scientists on the Societal Role of Livestock (Declaración de los científicos de Dublín sobre el papel social de la ganadería), denunciando los numerosos vínculos que sus autores tienen con la industria cárnica. Esta declaración, que apoya la producción y el consumo de carne, se ha utilizado para captar a altos funcionarios de la UE e influir en la política en contra de las recomendaciones medioambientales y de salud pública para reducir el consumo de carne. 

Según el reportaje investigativo de The Guardian, la declaración fue redactada principalmente por investigadores y organizaciones con vínculos financieros con los productores de carne. Uno de los autores calificó el veganismo de “trastorno alimentario” y ha dado charlas a un destacado grupo de negacionistas climáticos. La declaración se lanzó en una cumbre organizada y financiada por una agencia agrícola del gobierno irlandés conocida por trabajar en estrecha colaboración con la industria. 

The Guardian revela que la declaración comparte contenidos con un documento de posición preparado para la ONU por grupos de marketing cárnico. La declaración menciona artículos científicos cuestionables publicados en una revista entre cuyos patrocinadores se encuentran asociaciones de la industria cárnica. Las “pruebas” citadas  en el documento son criticadas por expertos independientes por ser selectivas, de mala calidad y por no reconocer los daños bien establecidos de los sistemas ganaderos actuales.

La declaración se asemeja a los conocidos manuales de propaganda de la industria bajo el disfraz de ciencia. Busca restar importancia al papel de la ganadería en el cambio climático, a la vez que propone resistirse a las iniciativas de salud pública y sostenibilidad orientadas a frenar el consumo y la producción de carne. Todo ello a pesar de las abrumadoras pruebas de que reducir el consumo de carne es esencial para alcanzar los objetivos climáticos y de sostenibilidad.

Según The Guardian, el lobby de la carne ya ha utilizado la declaración para influir en altos funcionarios de la UE, como el comisario de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski. Se la presentaron directamente a él y a su equipo, quienes la calificaron como “la primera ciencia práctica que han visto”. Desde entonces, los reglamentos proyectados por la UE para promover las dietas basadas en plantas y poner fin a los fondos para la comercialización de la carne se han enfrentado a retrasos indefinidos o se han abandonado por completo. 

En opinión de The Guardian, esto pone al descubierto el amplio poder de presión de la industria cárnica, que utiliza la ciencia poco fiable para sofocar el progreso en cuestiones medioambientales acuciantes. Destaca la necesidad de transparencia sobre cómo grupos como éste difunden información errónea para proteger sus intereses en contra del bien público. 

The Guardian destaca que los expertos coinciden casi unánimemente en que los niveles actuales de consumo de carne son insostenibles. La continua oposición a reducir la ganadería daña la biodiversidad, impulsa la deforestación y hace casi imposible la estabilización del clima. También fomenta el consumo excesivo de productos relacionados con las enfermedades cardiacas, el cáncer y la resistencia a los antibióticos.  

La declaración busca defender el mito de que un alto consumo de carne es necesario o incluso saludable, en contra de toda evidencia. Confunde intencionadamente la ciencia para proteger beneficios comerciales por encima de los límites de sostenibilidad planetaria. 

Los expertos consultados por The Guardian sostienen que la política pública debe basarse en investigaciones independientes y revisadas por expertos, no en afirmaciones sesgadas de entidades con claros conflictos de intereses. La reducción de la carne beneficiará a la salud pública y a la sostenibilidad ecológica. Los científicos y los funcionarios públicos tienen la obligación de defender honestamente estos intereses, no de obstruir el progreso para apaciguar a las ricas corporaciones y sus grupos de presión.

Qué pensamos en Sociedad Vegana

El abrumador consenso de la ciencia rigurosa y basada en datos contradice directamente las afirmaciones de la declaración de Dublín. Numerosos estudios de alta calidad y rigor científico han demostrado de forma concluyente la masiva contribución de la ganadería al cambio climático, el deterioro del medio ambiente y los riesgos para la salud pública. Este cúmulo de investigaciones revisadas y validadas por expertos se contrapone frontalmente a los documentos selectivos y vinculados a la industria que se utilizan para reforzar las conclusiones sesgadas de la declaración. Cuando la ciencia realizada de forma independiente no se ajusta a sus intereses, la industria cárnica y los investigadores aliados recurren a propagar información errónea bajo la apariencia de autoridad académica. En realidad, la ciencia rigurosa no deja lugar a dudas de que los sistemas ganaderos actuales son insostenibles y que es imperativo reducir el consumo de carne.

Asimismo, el inmenso sufrimiento animal que provoca la ganadería industrial ofrece una razón adicional para poner freno a estas prácticas insostenibles. Los animales confinados de forma intensiva soportan unas condiciones de incomodidad y angustia extremas, todo ello para maximizar la eficiencia de la producción y el lucro. La declaración de Dublín ignora por completo esta dimensión ética, al referirse a los animales como simples productos. Cuando la verdadera ciencia no se alinea con sus intereses, la industria cárnica recurre a distorsionar los datos o a pagar a científicos para que oculten las verdades inconvenientes. La declaración parece ser sólo el último ejemplo de priorizar el crecimiento de la industria sobre el bienestar animal, la salud humana y el medio ambiente. 

Según el reportaje de The Guardian, Ana Granados Chapatte, de Animal Task Force, declaró que involucrar a su organización en la declaración de Dublín contribuiría a que ésta “siguiera siendo una iniciativa científica…  aunque Animal Task Force sea del sector privado”. Terminó esta afirmación añadiendo un emoji de una cara guiñando un ojo. El emoji da a entender que Granados no estaba siendo del todo franca y que admitía, en privado, los vínculos de su organización con la industria a pesar de restarles importancia públicamente. Sus palabras  y el guiño dejan en evidencia que el interés real de Granados es servir al sector ganadero dándole un barniz de legitimidad académica. 

Asimismo, The Guardian cita una entrada del blog de la Alianza Mundial de la Carne (GMA) donde su autor, quien no se identifica con su nombre, dice haber asistido a una reunión vía Zoom en la que se promocionaba la declaración de Dublín mientras consumía “un filete bastante grande”. Este alarde ante la cámara, y su posterior mención en el blog, no es solo un acto infantil, sino busca dejar en claro la actitud de GMA ante la crisis climática y el papel que el consumo de carne tiene en ella. Las maniobras de Ana Granados Chapatte y del bloguero anónimo de GMA dejan en evidencia que los verdaderos motivos de la declaración son el interés propio de la industria, y no la ciencia, la sostenibilidad del planeta o la salud humana.

Por Héctor Pizarro, hector@sociedadvegana.com